No hay dos Franciscos

Escucha la Firma de José Luis Restán del  1 de octubre

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El Papa Francisco en su visita a Bélgica

Varias intervenciones del Papa en su viaje a Bélgica han suscitado sorpresa. Por ejemplo, las que se refieren al recuerdo y la valoración del Rey Balduino. No estaba en el programa, pero Francisco quiso acercarse a rezar ante su tumba, y allí alabó su valentía al renunciar durante un día a la corona para no firmar la ley del aborto, que Francisco ha calificado sin ambages como “criminal”. No sólo eso, sino que, durante el rezo del Ángelus, el domingo, anunció que a su regreso a Roma iba a iniciar su proceso de beatificación, y pidió a los obispos belgas que se comprometan a llevar adelante esta causa. Una causa, todo hay que decirlo, que ha causado incomodidad al episcopado belga durante los últimos años. Pues bien, está claro que, para el Papa, Balduino es un ejemplo de hombre de fe que debe iluminar a los gobernantes de hoy.

No hay dos “Franciscos”, el que habla de la misericordia y pide acoger a los migrantes que llegan a Europa y el que considera al aborto como un asesinato. El que rinde homenaje a la Europa de las leyes y del Derecho y el que elogia a un gobernante que se jugó la corona y asumió la impopularidad entre buena parte de sus ciudadanos por oponerse a una ley injusta y malvada; el que pide acompañar e insertar en la comunidad cristiana a los divorciados que se han vuelto a casar y el que rechaza la ideología de género.

La Iglesia tiene que vivir en una sociedad plural sin buscar privilegios ni protecciones especiales. Sabe que muchas personas se consideran alejadas de su propuesta, y eso no le impide mirarlas con simpatía, valorar su búsqueda y colaborar con ellas en tantas cosas. Sabe también que las leyes son aprobadas por los parlamentos, como debe ser. Ningún problema. Ella tiene que dar testimonio de la verdad que ha recibido, guste o no guste. Como ha hecho el Papa. Y algunos se sorprenden…

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