"El origen y cumplimiento de lo que somos"
Escucha aquí la Firma de José Luis Restán de este martes 17 de septiembre
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Sería inútil intentar un resumen del reciente viaje del Papa a Asia y Oceanía. En apenas diez días, Francisco ha hecho cuentas con todos los contrastes imaginables, mostrando que la fe católica puede integrar las realidades más diversas. Recordemos que San Juan Pablo II visitó Indonesia y Singapur en la segunda mitad de los años ochenta del pasado siglo. Han pasado casi cuarenta años y han cambiado muchas coordenadas históricas, pero la Iglesia sigue viva y presente en estos lugares, y sigue teniendo una palabra de verdad para iluminar su realidad.
Francisco ha citado en varias ocasiones los discursos de su predecesor en los mismos lugares donde los pronunció. Impresiona ver este camino de la renovación en la continuidad. Recupero algunos pasajes de la visita. En el llamado “Túnel de la amistad” que une la mezquita Istiqlal con la catedral de la Asunción, en Yakarta, Francisco renovó la apuesta por la amistad interreligiosa como fundamento de la paz. Esto no tiene nada que ver con el sincretismo ni con el relativismo, es una apuesta de toda la Iglesia sostenida por todos los papas desde el Concilio Vaticano II.
En Port Moresby, dijo que el ser humano necesita tener una gran esperanza en el corazón que le impulse a acometer proyectos de amplio alcance. Por eso, una buena política debe abrir espacio a la dimensión religiosa. En Timor alertó sobre los “cocodrilos” que pretenden “cambiarles su cultura y su historia” y pidió al pueblo custodiar el don de la fe y no dejarse engañar por los ídolos y las falsas esperanzas. En Singapur se mostró cautivado por la audacia de su arquitectura y observó que en el origen de cualquier construcción no están en primer lugar el dinero o la técnica, sino “el amor que construye”.
Allí pronunció la frase que recapitula este agotador y hermoso viaje: “en Jesús está el origen y el cumplimiento de todo lo que somos y lo que podemos llegar a ser”. Por eso, la palabra del Papa puede oírse en cualquier lugar de la tierra.