ha sorprendido a todos
Escucha la Firma de José Luis Restán del jueves 3 de octubre
- 2 MIN
Me han interesado los comentarios de un profesor de la Universidad de Lovaina, Jan De Volder, sobre las reacciones que ha suscitado y sobre la siembra que ha supuesto el viaje del Papa a Bélgica. Dice que vio a un Papa combativo, anciano de cuerpo, pero con la energía necesaria para sacudir a una comunidad cristiana que se encuentra un poco adormecida, asustada y perpleja. “Esperábamos un anciano enfrascado en discursos institucionales, pero no era eso en absoluto: lo vimos cariñoso, alerta, dispuesto a bromear, astuto, nos sorprendió". De Volder se refiere a la hostilidad de una parte de la prensa y del establishment político, así como a la frialdad del estamento académico, incluso en una universidad católica como Lovaina. Ante ese panorama, el Papa subrayó que la Iglesia quiere ofrecer a las personas, a las familias, y a la sociedad una esperanza antigua, porque tiene sus raíces en el Evangelio, en el mensaje de Cristo que venció el mal y la muerte en la cruz, pero también nueva, porque puede experimentarse con nuevo vigor en nuestra era a través del testimonio sencillo de las comunidades cristianas. Era un mensaje de esperanza juvenil que viene de una persona de ochenta y ocho años.
Ha sido un viaje concebido como una invitación a la vida, dice este profesor belga, que piensa que eso ha afectado a muchos, sobre todo a los jóvenes. De hecho, había varios miles en la vigilia en la que se presentó de manera imprevista el Papa, y allí se vio una población de jóvenes que querían ser cristianos. Según este profesor, la Iglesia en Bélgica no está muerta, ni está a punto de morir. Hay personas que quieren vivir el cristianismo de una manera fresca, nueva y alegre, sin debates demasiado ideológicos, algo que pertenece más bien a las generaciones mayores. Y esto ha sido también un descubrimiento para los medios, porque es algo de lo que los periódicos raramente hablan. Y la presencia del Papa lo ha hecho visible otra vez.