"Aldama, que forma con Koldo y Ábalos el trío de tenores más famoso de la corrupción sanchista, ha cantado La Traviata ante el juez"

Escucha el monólogo de Jorge Bustos del jueves 21 de noviembre

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Vas a escuchar una pieza interpretada por el tenor zamorano Víctor de Aldama en el auditorio nacional. Perdón, en la Audiencia Nacional.

Es Pavarotti, en realidad. Es una grabación de los tres tenores: Pavarotti, Carreras y Plácido Domingo. Pero quien ha cantado La Traviata esta mañana ante el juez Ismael Moreno ha sido Víctor de Aldama, que forma con Koldo García y José Luis Ábalos el trío de tenores más famoso de la corrupción sanchista.

Esta mañana algunas crónicas rebajaban las expectativas acerca de esta declaración, recordando de quién depende esa Fiscalía con la que Aldama busca pactar para salir del trullo. Pero EL MUNDO ya advertía que Aldama estaba dispuesto a apuntar alto. Porque al cabecilla de la trama, al comisionista en jefe se le está haciendo dura la estancia en Villa Candado. Él hacía negocios millonarios gracias a sus contactos al más alto nivel con el Gobierno socialista, pero él no tiene carné del partido: no le debe ninguna lealtad orgánica. Así que ha tomado la decisión de cantar. De tirar de la manta. Aldama ha contado cosas muy comprometedoras para Pedro Sánchez y su Gobierno. Y no se las ha filtrado a un periódico: las ha contado en sede judicial, ante un juez de la Audiencia Nacional.

¿Qué ha contado Aldama? Ha contado que la foto del abrazo con Sánchez que publicó EL MUNDO no fue fortuita. Que fue al acto invitado porque el presidente quería conocerle en persona. Que quería verle y hablar con él. Y que el presidente le dijo: “Gracias por lo que estás haciendo, me tienen informado”. Según Aldama, Sánchez le estaba agradecido por sus gestiones con los gobiernos de México y Venezuela, que el comisionista hacía en nombre del propio Gobierno, con una credencial timbrada con el escudo oficial y firmada por el ministro Ábalos. Y Aldama ha contado además que el viaje de Delcy Rodríguez estaba ya hablado con el presidente y organizado a pachas por Marlaska y Ábalos. Delcy iba a cenar, entre otros, con el propio Sánchez y con Teresa Ribera, entre otros ministros. Quizá la futura comisaria pueda explicarle ahora a doña Ursula ese plan suyo de cenar con una criminal vetada por la Unión Europea. Y Aldama también ha contado que entregó 15.000 euros al actual secretario de Organización del PSOE, señor Santos Cerdán. Se los dio en un sobre a través de Koldo, no confundir con las bolsas de Zara llenas de billetes que otro empresario afirma haber entregado en Ferraz. Por cierto el PSOE se va a querellar con el tenor zamorano, claro. Clásica maniobra defensiva de todos los partidos con escándalos de corrupción: como el PP con Bárcenas.

Esto es lo que ha trascendido de lo que ha declarado Aldama. Pero esto no ha hecho más que empezar. Del rescate de Air Europa y de las reuniones con Begoña Gómez puede decir aún muchas cosas. Cosas que permitan abrir nuevas piezas separadas a varios jueces. Porque esta trama no deja de ramificarse, y ya tiene investigaciones abiertas en el tribunal de Peinado, en la Audiencia Nacional de Ismael Moreno y Santiago Pedraz, y en el Supremo por la imputación de un aforado como Ábalos.

Es verdad que, como imputado, Víctor de Aldama tiene la opción procesal de mentir en defensa propia. Pero de momento ya sabemos seguro quién sí ha mentido: Pedro Sánchez. Ese presidente que solo se hacía fotos con admiradores espontáneos. El mismo Sánchez que negó haber cruzado una palabra o una mirada con ese Aldama del que usted me habla. Ahora saldrá alguna portavoz socialista a explicarnos que en realidad aquel Pedro no es el mismo Pedro. O que Ábalos en realidad fue secretario general del PP. Si acaban de contarnos que pactar con la ultraderecha húngara e italiana ahora es pragmatismo, son capaces de contarnos que la corrupción socialista es buena para España. Y que la mierda huele a colonia.

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