"A pedro no le gusta lo multilateral ni siquiera lo bilateral, su visión política empieza y se agota en él mismo"

Entre cine y museo, el presidente del Gobierno ha encontrado un rato para recibir a los barones autonómicos, que son los únicos que gobiernan algo en España. A falta de mayoría para aprobar leyes, Moncloa de momento no es nada más que un decorado para que la pareja de actores Pedro-Begoña siga interpretando su papel institucional. Cuando el guion se atasca, o te lo atasca Junts en el Congreso, entonces hay que buscar nuevas localizaciones para el rodaje. Por ejemplo un cine o una exposición de moda. Pero el espectáculo debe continuar y hoy lo hace con la visita del lehendakari Pradales y de los presidentes de Galicia y de Andalucía, Alfonso Rueda y Juanma Moreno. Los dos tienen algo a lo que Sánchez no puede aspirar ni con ayuda del CIS de Tezanos: dos mayorías absolutas como dos soles, concedidas por los gallegos y los andaluces.

Con el lehendakari la conversación tiene poco misterio, la verdad. El PNV gobierna en coalición con los socialistas vascos y siempre pide lo mismo: más transferencias. Más dinero. Que fluya el cupo con la opacidad de siempre, no vaya a ser que el tractor de Aitor en el Congreso se acerque demasiado al PP, como sucedió en la votación que reconoció a Edmundo González como presidente electo. Ahora bien, ¿de qué hablarán Rueda y Moreno con Sánchez, si no hay nada concreto previsto en el orden del día?

Sabemos lo que los barones del PP le van a decir a Sánchez: que no van a aceptar un cuponazo catalán que rompe el principio de solidaridad con el resto de autonomías y les arrebata recursos para dárselos a los separatistas de una región rica. Que no es justo que los ricos se queden todo y como mucho redistribuyan una limosna entre los más pobres. Y que las necesidades políticas de Salvador Illa no pueden justificar el empobrecimiento del resto del país. La posición del PP, reiterada por Juanma Moreno esta misma mañana en Telecinco, es que Sánchez debe convocar ya la conferencia de presidentes para abordar la financiación autonómica de forma multilateral. Sin trucos ni caramelos ofrecidos a escondidas.

Pero a Pedro no le gusta lo multilateral. Ni siquiera lo bilateral. Pedro es un hombre unilateral. Su visión política empieza y se agota en él mismo. Él solo negocia y cede con los independentistas porque son ellos los que lo mantienen en el poder. Y para que siga siendo así necesita dividir al PP. Necesita abrir grietas en la foto que hace unos días se hizo Feijóo con todos su barones. En aquella cita se comprometieron a mantener la unidad en todo lo referente a financiación autonómica: un mismo discurso de igualdad y de solidaridad frente a los cantos de sirena del sanchismo. Hoy Rueda y Moreno serán los primeros en trasladar personalmente esa posición al presidente.

El PP está obligado a conciliar los intereses regionales, que existen y cada comunidad tiene los suyos, con el interés general de los españoles. Sería una catástrofe para las aspiraciones de Feijóo que sus barones empezaran ahora a descolgarse con peticiones particulares en perjuicio del proyecto nacional. Eso es lo que Sánchez y María Jesús Montero están deseando que ocurra, para poder colar el infame cuponazo como una petición autonómica más. Pero no es una petición más: es la voladura del régimen común que financia los servicios públicos de todos. Y con eso no se puede jugar.