"El sanchismo quiere matar a Lobato por negarse a delinquir, porque si Pedro te ordena tirarte por un barranco, tienes que tirarte"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del martes 26 de noviembre
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Dicen que vuelve a haber lobos en la Sierra de Madrid. Dicen que se les oye aullar en las noches de luna llena.
¿Lo oyes? Es un sonido emocionante, inquietante también. Tan inquietante como un partido cuando se convierte en una mafia. Y tan emocionante como un miembro de ese partido que se atreve a romper a la omertá. Porque eso es lo que ha hecho esta mañana Juan Lobato: enseñarle los dientes a Pedro Sánchez. Desde Moncloa y Ferraz y sus medios asociados le estaban montando una campaña hostil para señalarle la puerta, para que dimitiera antes incluso del congreso de este finde. Pero Lobato ha bajado de la sierra, se ha sentado delante de un pupitre solitario con el rótulo del PSOE, ha bebido agua y ha emitido un aullido corto y potente. Ya no es Lobato: ahora es el Señor Lobo.
Ha dicho que no contempla que su partido le mintiera cuando le filtró el expediente confidencial del novio de Ayuso, asegurándole que había sido obtenido legalmente de los medios. Ha dicho que si su partido le dijo la verdad, entonces no debería temer al notario. Ha dicho que su partido no es una secta. Y ha dicho que un demócrata se debe a la ley antes que a la disciplina de partido. Los gritos de cólera de Pedro en ese momento se oyeron en República Dominicana. Pero si insisten en echarle, quedarán retratados como algo muy parecido a una mafia.
Si Pedro te ordena tirarte por un barranco, tienes que tirarte. Y si es contra Ayuso, tienes que tirarte tú y toda tu familia"
Copresentador de 'Mediodía COPE'
Porque solo una mafia premia a un presunto delincuente como Santos Cerdán y castiga a quien se niega a delinquir. Solo una mafia planea una operación para matar dos pájaros de un tiro. Algo así planearon: “Le pasamos el documento ilegal a Lobato y que él lo use para desgastar a Ayuso en la Asamblea; y si luego le empuran los jueces, por fin nos lo quitamos de encima agradeciéndole los servicios prestados y ponemos a Óscar, que Juan es demasiado blando”. Este era el plan, pero Lobato no es tonto y se dio cuenta. Tampoco es un héroe, no le vayamos a idealizar: usó en sede parlamentaria la información reservada contra Ayuso, y solo fue al notario a cubrirse las espaldas cuando los investigadores registraron el despacho del fiscal y se apoderaron del contenido de su móvil. Lobato demostró entonces conocer los límites de la ley mejor que García Ortiz, o ser menos fanáticamente sanchista que García Ortiz, pero su deber habría sido denunciar el origen sospechoso del dossier desde el minuto uno.
Ahora el sanchismo quiere matar a Lobato por negarse a delinquir. Porque si Pedro te ordena tirarte por un barranco, tienes que tirarte. Y si es contra Ayuso, tienes que tirarte tú y toda tu familia. Este es la clase de secta mesiánica que gobierna aún España. Alguien lo ha bautizado, con mucho ingenio, La Rosa Nostra.
Sea como sea, ha nacido otro Page, otro opositor interno al Número Uno. Pero Lobato es más peligroso, porque su advertencia y el acta notaria de sus mensajes vincula directamente a Moncloa con el delito del fiscal general del Estado. Y esa operación salpica a más personas, empezando por Óscar López.
El viernes empieza el congreso del PSOE en Sevilla. Allí estará Lobato. Pero antes, esa misma mañana, tendrá que declarar como testigo ante el Supremo. El PSOE siempre presume de colaboración con la Justicia. Pero como a uno de los suyos se le ocurra tomárselo al pie de la letra, le organizan una batida.