"Trump vuelve a la Casa Blanca mucho más fuerte y decidido que la primera vez"

Te doy la bienvenida al Mediodía de este lunes para la historia. Dicen las crónicas que este 20 de enero, día de la toma de posesión de Donald Trump, cambiará el mundo tal como lo hemos conocido. Cuando hablamos de Trump tendemos a cultivar la hipérbole por encima de nuestras posibilidades, pero no parece que nos equivoquemos si afirmamos que esta fría jornada de invierno en Washington quedará registrada en los libros de historia. Trump vuelve a la Casa Blanca mucho más fuerte y decidido que la primera vez. Será el presidente más poderoso de las últimas décadas y está dispuesto a ejercer ese poder. Tiene el control de las cámaras legislativas, la composición del Tribunal Supremo está hecha a su medida, Silicon Valley ha puesto el poder de la tecnología y de las redes sociales a su servicio. Incluso medios de comunicación convencionales que hasta ahora le daban la espalda, como el Washington Post de Bezos, están virando a su favor. Y el propio Trump ha prometido que hoy mismo dictará sus primeras órdenes, entre ellas la mayor redada de inmigrantes de la historia de América justo después de ir a misa: ya se ve que la coherencia moral nunca ha sido su fuerte.

Trump dice muchas cosas llamativas: a veces termina haciéndolas y a veces no. Su enemigo es China, pero acaba de conceder una prórroga a la empresa china más emblemática del momento: TikTok. La izquierda le acusa de ser un neoliberal que adora las leyes del mercado y desprecia el intervencionismo, pero en realidad es un proteccionista que va a poner aranceles al comercio global. Así que lo más prudente será esperar a las acciones de Trump más que a sus promesas.

Trump ya tiene el poder. Ojalá sienta también la gigantesca responsabilidad que conlleva".

Jorge Bustos

Copresentador de 'Mediodía COPE'

Es complicado anticipar el futuro o definir el trumpismo como una ideología consistente. Pero hay algunas constantes en su discurso que están claras: es nacionalista, convencido de que la supremacía de Estados Unidos debe pasar por encima si es preciso del derecho internacional; es proteccionista, es decir, quiere acotar la globalización y forzar a todo el mundo a comprar productos americanos, aunque sea limitando la libre competencia; es nativista, lo que quiere decir que solo considera verdaderos americanos a los que han nacido en Estados Unidos, algo que contradice la historia misma del país de la libertad, la inmigración y el mestizaje por excelencia; y es aislacionista, lo que significa que serán los intereses materiales los que definan sus relaciones internacionales, y no el hecho de compartir ideales democráticos con aliados tradicionales como Europa. Todas estas ideas, que comparte con la derecha nacionalista de todo Occidente, apuntan a un orden mundial distinto al que hemos conocido desde 1945. Ese en el que imperaba la democracia liberal, el atlantismo, el Estado de derecho, el libre comercio, esas cosas.

¿Le han votado los americanos para que funde un nuevo orden o solamente para que acabe con la inflación y repare la autoestima herida del hombre blanco? No lo sé. Muy pronto veremos qué quiere o qué puede hacer, porque tiene cuatro años para construir su legado y no perderá el tiempo. 

¿Y cómo afectará a España? Hay muchas personas de derechas en España que adoran a Trump porque gana a los progres, pero si sus aranceles terminan dañando a nuestros agricultores y a nuestros empresarios, igual se les atempera la devoción. Y si se debilita la OTAN, y Putin avanza, y hay que dejar de subir las pensiones para pagarse una defensa propia, y Europa se vuelve más cerrada y más pobre, igual entonces a algunos se les enfría el entusiasmo. De momento, Meloni es la única mandataria europea bien relacionada con el emperador, mientras que la España de Sánchez cada vez se repliega más sobre sí misma, debatiéndose entre el cainismo y la irrelevancia.

Una cosa está clara. Como en toda época de grandes cambios, vivimos dominados por la incertidumbre. La historia enseña que en esos momentos suele surgir un demagogo que promete seguridad, y entonces la gente atemorizada le entrega el mando. Trump ya tiene el poder. Ojalá sienta también la gigantesca responsabilidad que conlleva".