Pilar García Muñiz: “Es inútil que un tribunal te dé la razón si luego nadie obliga a cumplir una sentencia”

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Imagina por un momento que lo que está sucediendo ahora mismo en Cataluña y en colegios como el de Canet de Mar, no tuviese nada que ver con el idioma. Pongamos, por ejemplo, que la ley dijera que tiene que haber tres horas de matemáticas y una de ciencias sociales cada semana en las aulas.

Pero en un colegio podrían plantarse y decir que de eso nada: que todo sociales. Y que el que quiera matemáticas, que se las pague, porque aquí en este colegio “somos todos muy superfans” de la geografía y de la historia. Es más, podrían decir que ya aprenden los niños matemáticas al contar los años y los siglos y que con eso es más que suficiente.

Bueno, pues imagina, siguiendo este ejemplo, que a la familia que sí quiere matemáticas para su hijo, se le empieza a señalar por ello. ¿A que suena a chiste? Pues de broma nada. A las 16.30 horas de la tarde, ese niño y su familia van a vivir y a sufrir la concentración que se ha convocado en su contra a las puertas de su propio colegio. La ha convocado el llamado Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes.

Y mientras la Fiscalía investiga un posible delito de odio en los mensajes que pedía apredear la casa del pequeño, hoy mismo el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha ordenado a la Generalitat que garantice la protección del menor. Le dice en concreto al Consejero de Educación y a los responsables de este colegio que tienen que preservar la identidad del pequeño de sólo cinco años.

¿Cómo está su familia con todo esto? Pues sabemos que están serenos y firmes, pero sufriendo por el acoso. Y del resto de padres y la sociedad que les rodea, ¿qué? Pues para hablar del resto, hay una palabra que lo explica todo: el miedo.

La presidenta de la Asamblea para una Escuela Bilingüe, Ana Losada, explicaba hoy en Herrera en Cope que el Gobierno catalán sabe muy bien que tiene todas las de perder y por esto está utilizando este caso para amedrentar al resto de padres.

La ley asiste a las familias que piden el 25% de las clases en castellano. Además ahora mismo el TSJC tiene pendiente pronunciarse en al menos otra decena de casos. ¿Qué son muy pocos los que han reclamado por el momento? Es verdad. ¿Que hay muchos más, pero no se atreven a meterse en líos? Pues también.

Pero aquí la cuestión va más allá del idioma propio, que, por cierto, hablan sin problema unos 14 millones de españoles que todos los días utilizan tanto el español como el catalán, el euskera o el gallego.

El debate de fondo está en la ley y en su cumplimiento. Porque si un día es a ti a quien un tribunal te da la razón por un despido improcedente, o por un robo o por cualquier otro problema legal, de nada te va a servir que ese tribunal te dé la razón si después, nadie obliga al cumplimiento de las sentencia.