La isla de La Palma afronta ya su quinto día de erupción volcánica sin visos de que esto termine. Los vecinos de la Palma se están mentalizando ya; esta situación puede extenderse varias semanas más, hasta 84 días más. Hasta el mes de diciembre, señalan los expertos que, ahora, dudan también de que las coladas acaben llegando al mar.
El volcán ha entrado en una fase de mini estabilización aunque sigue siendo muy explosivo. No hay más que ver la enorme fuente de magma que todavía sale. Pero si es cierto que los ríos de lava se han ralentizado. La colada que más avanza, y que está metida en las calles del barrio de Todoque, se mueve a tan solo cuatro metros por hora. La lava lleva dos días enfriándose, de ahí que no se sepa si alcanzaran finalmente el agua, o no.
Y, ¿qué pasaría si no llega al mar? Pues los que saben de estas cosas creen que la destrucción sería aún mayor porque la colada de lava se extendería, se desviaría de su trayectoria y podría llegar a más núcleos urbanos. Los coordinadores de los dispositivos de emergencia siguen minuto a minuto el comportamiento de un volcán que mantiene en vilo a toda La Palma. Allí, por cierto, han llegado este mediodía los Reyes Don Felipe y Doña Letizia. Van a estar con los vecinos afectados. También Pedro Sánchez ha viajado de nuevo a la Isla.
Los evacuados siguen por encima de los seis mil y las casas destruidas son trescientas. De momento, el Gobierno Canario ha comprado 73 viviendas para alojar a los que lo han perdido todo. Una primera medida de urgencia que tendrá que ampliarse porque son muchos los desalojados. Muchos, además, salieron de sus casas con lo puesto. Con ellos se están volcando el resto de vecinos de La Palma voluntarios como Mercedes, que estos días se dedican en exclusiva a atenderlos.
Es el momento de la solidaridad y todo es bienvenido. Comida, ropa, artículos de higiene, pañales para los bebés y también donaciones que se están canalizando a través de asociaciones y ONGs. Algunos saben que su casa ya son cenizas, otros viven con la incertidumbre, con la ansiedad que provoca el no saber qué ha pasado o qué va a pasar con tu casa, con tu vida, con tu futuro... A todos ellos está ayudando un equipo de psicólogos.
Una situación muy complicada, muy difícil de aceptar, y que se va a prolongar en el tiempo porque, hasta que el volcán no vuelva a la calma, no pondrán empezar sus vidas de nuevo.