Pilar G. Muñiz: "Acostumbrados a decenas de mensajes, estaban como Calimero, sentían que nadie les quería"

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Podemos respirar tranquilos porque hoy funciona WhastApp perfectamente. Bueno, WhastApp, Facebook e Instagran. Siete horas estuvieron ayer sin funcionar estas aplicaciones que han puesto de manifiesto la dependencia que tenemos hoy día de ellas. Muchos ayer sintieron un auténtico vacío cuando vieron que no recibían ni un solo mensaje. Acostumbrados a recibir decenas y de decenas de ellos cada día, ayer por la tarde estaban como el pollito Calimero, sentían que nadie les quería.

¿Te has parado a pensar cuántos mensajes mandas o recibes cada día o cuánto tiempo pierdes pendiente sólo de WhastApp?

Lo usamos para comunicarnos con los amigos, con la familia, con los compañeros de trabajo, con los compañeros de clase, los memes que nos mandan y mandamos y hasta muchas empresas te atienden ya a través de estos mensajes que, como no silencies el móvil, puedes estar escuchando todo el santo día.

Bueno, pues ayer nada de nada. Tocó volver a los SMS, que ahora usamos de manera residual y vemos como una cosa antigua. Y volvimos a llamar por teléfono. De hecho, hay una compañía de telefonía que registró hasta un 120 por ciento más de llamadas en algunos tramos de la tarde.

Pero ¿por qúe se cayeron estas aplicaciones y por qúe se tardó tanto tiempo además en que volvieran a funcionar? Ha sido la mayor caída de la historia. Casi siete horas y afectó a 3.500 millones de personas, prácticamente la mitad de la población mundial. Lo que se sabe es que el fallo partió de los sistemas DNS, que son algo así como el índice en el que aparecen todas las páginas de internet.

Sea o no deliberado, lo importante es que este fallo podría haberse solucionado en cuestión de minutos si los técnicos hubieran estado físicamente en la empresa. Pero, como tantísimos otros trabajadores del mundo, sobre todo desde la pandemia, estaban teletrabajando. Trabajando en remoto por lo que tampoco podían acceder a todos los sistemas. Todo esto supuso un batacazo de la compañía de Mark Zuckerberg, que se dejó en bolsa casi un 5% casi 6.000 millones de dolares.

La caída llega en un momento además crítico para su reputación. Hoy declara en el Senado de EEUU una antigua empleada de Facebook que ha filtrado documentos a la prensa en los que los directivos de la compañía reconocían lo nocivo que era para los usuarios, sobre todo para los jóvenes, el uso de Instagram. Lo sabían, pero han priorizado siempre la búsqueda de beneficios por encima del interés del público. Slgo que es legal, pero moralmente reprochable.