Pilar G. Muñiz: "Cuando la medicina no puede curar, lo que sí puede hacer es cuidar"
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Hoy se cumplen 3 años desde que el Gobierno aprobó la Ley de Eutanasia y el Estado sigue sin garantizar el acceso a los cuidados paliativos para las personas que los necesitan. Según los datos del Ministerio de Sanidad, desde la entrada en vigor de esta Ley, en junio de 2021, se han practicado 363 eutanasias en España.
Y hay un dato que invita a la reflexión. Según los profesionales que trabajan en clínicas especializadas en este tipo de cuidados, si hay un 3% de pacientes que solicitan la eutanasia, según el INE, cuando se reciben cuidados paliativos no alcanza el 1%.
¿No será mejor entonces ofrecer esos cuidados paliativos y reducir ese porcentaje? Es algo de sentido común que ve cualquier profesional sanitario que se dedica a ello como la doctora.España ha demostrado estar a la vanguardia -tristemente- de legislaciones contrarias a la vida, pero no de los cuidados que hacen falta cuando a una persona se le ha diagnosticado por ejemplo una enfermedad terminal.
Y te doy un dato al respecto. La recomendación de Europa es tener 2 unidades de cuidados paliativos por cada 100.000 habitantes. En España tenemos 0,6. Y la mayoría son privadas o de iniciativa de sociedades médicas. No están ni mucho menos al alcance de todos. Da la sensación y así lo ponen de manifiesto los profesionales que trabajan cada día con pacientes terminales que empezamos la casa por el tejado, en lugar de comenzar por los cimientos.
En España cada año se mueren 80.000 personas sin recibir los cuidados paliativos que necesitarían. Sin aliviar su sufrimiento. Y el no responder a ello es lo verdaderamente triste.
Según la estrategia de Cuidados paliativos del Sistema nacional de Salud, entre un 20 y un 25% de los pacientes que fallecen cada año necesitan atención paliativa. Son personas que necesitan de tratamientos para aliviar el dolor y el sufrimiento lo máximo posible. Pero que también demandan instalaciones y profesionales que acompañen, escuchen y definitivamente estén. En esos últimos compases de vida. Porque cuando la medicina no puede curar lo que sí puede hacer es cuidar.