Pilar G. Muñiz: "El PSOE desempolva el espantajo de la extrema derecha antes de las europeas"

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Seguimos con la crisis diplomática abierta entre Argentina y España por el cruce de declaraciones entre ambos gobiernos. Es como un toma y daca de esgrima, pero sin ese ambiente de caballeros que tiene el deporte de la espada. Aquí está siendo todo un poco más de golpe bajo.

Todo arranca cuando al ministro de transportes, a Oscar Puente, se le ocurre decir que el Presidente de Argentina consume sustancias. Javier Milei es uno de esos políticos que no tienen la diplomacia como fuerte. Ha demostrado que se mueve bien en la polémica y entra a todos los trapos. Y eso ha hecho. Ha aprovechado su presencia en un mitin de VOX, ayer domingo en Madrid para devolver el golpe.

Estoy segura de que el Gobierno se esperaba esto. Me imagino al ministro de Exteriores, A José Manuel Albares, caminando de arriba abajo en su despacho con el mitin de fondo y esperando a que Mileí dijera algo como lo que dijo y reaccionar montando una crisis diplomática.

El gobierno español mantiene la exigencia de una disculpa y ha llamado a consultas a la Embajadora de España en Buenos Aires. Lo que quiere decir que las relaciones diplomáticas con Argentina están en el aire. Desde Buenos Aires siguen en su trece, no piensan en pedir ninguna disculpa porque se ven como los agraviados.

Milei se ha salido conscientemente de los límites de la diplomacia y no es habitual que lo haga una persona que obstenta el cargo de Presidente de un gobierno que visita otro país. Pero no nos engañemos, todo este ruido le ha venido muy bien al PSOE para desempolvar el espantajo de la extrema derecha antes de las elecciones europeas.

El propio Sánchez ha cogido hoy las riendas de este asunto. Frente a quienes dicen que Milei hizo una alusión personal, Sánchez lo eleva a un asunto de dignidad del gobierno de España.

Al gobierno español las palabras de Milei le vienen como anillo al dedo. Ha sido una forma directa de convertir el caso de Begoña Gómez en un ataque ultra al gobierno de España, exactamente en la línea que ha plasmado Pedro Sánchez en sus cartas hablando de Utraderecha internacional. Otra cosa es el daño que, con esta cuestión, se hace a la relación entre dos países que tienen lazos muy estrechos.