Pilar García Muñiz: "Lo de subir impuestos sin que se note es todo un arte, casi como hacer magia"

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Es todo un arte lo de subir impuestos sin que se note. Es casi hacer magia. Sacarse un incremento de la chistera mientras el público mira atónito sin saber donde está el truco.

Esta vez, al Ministerio de Hacienda se le ha visto la carta bajo la manga. La carta del catastro. El catastro establece un precio estimado de los inmuebles, urbanos o rústicos. Ese precio es más bajo que el valor de mercado pero sirve para calcular determinados impuestos que nos cobran, como por ejemplo, el del IBI, el de Sucesiones o el de Patrimonio. Hablamos de catastrazo porque Hacienda ha cambiado los porcentajes por los que se calcula el catastro. Con esto subirá el valor de los inmuebles y por tanto, a la hora de pagar impuestos será más caro. ¡Tachán! El impuesto no se ha subido directamente, pero sí de forma indirecta. Bienvenidos al maravilloso mundo de la magia tributaria.

Pongamos un caso práctico: una vivienda de 300.000 euros en el mercado tenía una valor catastral de 150 mil que ahora puede pasar a 270 mil. Es decir, cuando toque pagar un impuesto sobre la vivienda, se pagará más. Lo del catastro no es nuevo, viene ya de la época de los romanos y desde entonces ninguna administración ha renunciado a esta herramienta. Es más, se ha potenciado su uso.

En 2016 por ejemplo el catastro descubrió por toda España 1.700.000 construcciones irregulares y en el 2019 fueron más de mil los municipios revisados. Ahora anuncian que inspeccionarán 825 mil inmuebles

¿Qué busca y cómo lo busca el catastro?

Los medios que utiliza el catastro van desde las imágenes tomadas por satélite, el uso de Drones, helicópteros o bien que un funcionario se presente en tu casa.

Las principales irregularidades que buscan son nuevas construcciones, rehabilitaciones o directamente piscinas. Mira, un ejemplo sencillo. Un propietario con ático y terraza. Decide cubrirla. Si el catastro lo detecta en una imagen aérea puede interpretar que eso ha incrementado la superficie útil del piso y por tanto, su valor. Lo normal es que esa persona reciba una carta en la que se le anuncia que el valor catastral de su piso ha subido. ¿Qué pasa sino estamos de acuerdo? Pues esto también cambia. Hasta ahora, si no estábamos de acuerdo era Hacienda quien debía demostrar que tenía razón. Ahora será al revés, será el propietario el que tenga que demostrar que su casa no vale lo que dice el catastro.

La nueva normativa entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2022 y no afectará al IBI que cobran los ayuntamientos pero sí a los impuestos como Sucesiones, Patrimonio o Transmisiones.