Pilar García Muñiz: "Lo que ha activado este plan de regeneración ha sido una cuestión personal"

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“Plan de calidad democrática”. Con este nombre ha presentado Pedro Sánchez su estrategia para luchar contra lo que él llama bulos y desinformación. Dicho así, suena como una causa noble para garantizar la limpieza democrática y así lo vende.

Dicho de este modo queda muy bien. Un proyecto con un fin noble y además regado de dinero porque promete repartir hasta 100 millones de euros entre los medios de comunicación para ayudar a su digitalización. Todo para proteger la democracia según la versión que hoy aporta Pedro Sánchez. El problema y los reparos vienen cuando nos preguntamos ¿por qué el gobierno da ahora este paso?¿Qué ha movido a Pedro Sánchez a diseñar este plan justo en este momento?

Y si rascamos... ahí lo que sale es que, lejos de buscar un interés general, lo que activa todo este plan es una cuestión personal. La investigación judicial abierta sobre su mujer, Begoña Gómez, por presunta corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Antes de que este caso entrara en los tribunales nadie en el gobierno se había preocupado demasiado por bulos o desinformación. WAl menos no hasta el punto de idear un plan para fiscalizar a los medios.

Solo cuando el caso de su esposa se empezó a investigar arrancó la maquinaria para señalar a cualquier medio que hubiera publicado algo sobre Begoña Gómez, sus negocios y sus cartas de recomendación. Y ahí la estrategia ha sido, precisamente, la de meter en el mismo saco... noticias y bulos. Afirmar categóricamente que cualquier información que arrojara algo de duda sobre la actividad de Begoña Gómez es un bulo, de entrada.

Y seguro que hay bulos sobre la actividad de Begoña Gómez pero también hay informaciones que son hechos, porque las cartas de recomendación que firmó para determinadas empresas existen y que esas empresas luego recibieron contratos y ayudas también es una realidad. Como también lo es que Begoña Gómez se reunió en Moncloa con Juan Carlos Barrabés, como él mismo declaró ante el juez este pasado lunes.

Nadie dice que sea culpable, eso lo tienen que decir un juez y este viernes Begoña Gómez acude al juzgado precisamente para aclarar esas cuestiones.

Es curioso porque al mismo tiempo, este plan de regeneración democrática que quiere sacar el gobierno, plantea despenalizar las injurias a la corona y a los sentimientos religiosos y te queda esa sensación de que hay vía libre para insultar al rey o reírse de la fe de una persona sin ningún tipo de reparos y sin embargo hay que tener más cuidado a la hora de hablar de Begoña Gómez.

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