Pilar García Muñiz: "Una familia tiene que ir al juzgado mientras Fiscalía o Gobierno miran para otro lado"

Normalmente, cuando una sentencia judicial te da la razón, el afectado siente el alivio de que se ha hecho justicia. Lo anormal es que una sentencia a favor acabe provocando que tu vida derive en una pesadilla diaria.

Esto le está pasando a una familia de Canet de Mar, en Barcelona. Una familia que solo ha reclamado el derecho de su hijo de 5 años a aprender en castellano en España.

Es una situación surrealista, pero es real. Esta familia ha conseguido que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña obligue al colegio público al que acude su hijo a que aplique una sentencia del Tribunal Supremo (TS). Una sentencia que establece que, de las horas de docencia, tiene que haber un mínimo del 25% en castellano.

Pues bien, esta familia ha tenido que solicitar que se garantice la privacidad del niño y sobre todo su seguridad ante las amenazas, insultos y comentarios despectivos de todo tipo. Y todo, repito, porque piden que se cumpla la ley y se garantice un 25% de enseñanza en castellano en Cataluña, en una parte de España. Hay que ponerse en el lugar de estos padres: ¿qué haces?, ¿renuncias a tu derecho para no complicarte la vida y la de tu hijo o apuestas por defender tu libertad a pesar de toda la presión que se te viene encima?

Bueno, quiero pensar que una gran parte de catalanes puede tener una opinión particular sobre el asunto, a favor o en contra, pero no va a lanzarse a montar un linchamiento contra esta familia.

Pero los hay que sí, que han decidido enarbolar la bandera del independentismo a toda costa sin importar que estamos hablando de una familia, en un colegio. Y lo peor es que son estos individuos que han montado una campaña contra esta familia los que se ven respaldados por el gobierno de la Generalitat, por acción y por omisión.

Con un consejero de educación catalán que hoy ha acudido a las puertas de ese colegio de Canet de Mar a negar que exista ningún problema de convivencia en Cataluña. Si no lo hay, ¿por qué ha ido a ese centro educativo todo un consejero?

Y no hay un problema, hay varios. Uno de ellos es que el gobierno catalán se niega a cumplir una sentencia del Supremo. Y hay otro problema: no es normal que sea una familia la que haya reaccionado en los juzgados mientras la fiscalía o el gobierno mira para otro lado.