Pilar G. Muñiz: "En Cataluña una cosa es ganar y otra distinta gobernar"

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Seguimos en Barcelona, epicentro de la política catalana en el día después de las elecciones autonómicas. Una vez más, y esto es ya casi una tradición, en esta tierra las urnas nunca dejan un escenario de tranquilidad. Y desde luego, conforme avanzan las horas por aquí, una tiene la sensación de que la bola se hace más grande.

Por resumirte lo que de momento ha pasado esta mañana te diré que el Pere Aragonés, el Presidente en funciones de la Generalitat y candidato por ERC, ha terminado por decir que se va, que deja la primera línea política y que no recogerá su acta de diputado. Aragonés es la última pieza que se cae del complicadísimo puzzle que han dejado los resultados electorales en Cataluña.

Ha ganado con claridad el PSC pero desde luego en solitario no podrá gobernar. Se verá obligado a pactar con el independentismo. Por preferir, Sanchez siempre prefirió Esquerra, que se ha quedado como tercera fuerza política. Pero esta formación está ahora mismo como un boxeador sonado, que no sabe muy bien hacia que lado mirar.

A la izquierda, tienen al PSC y a los comunes que sumarían para alcanzar la mayoría absoluta. Pero a la derecha tiene a JUNTS, que le reclama un gobierno independentista. El propio Carles Puigdemont como te decía antes se ha lanzado hoy a esta piscina. Lo que propone Puigdemont a Esquerra es intentar mantener el chiringuito independentista. Redobla su apuesta y dice que si hay voluntad, hay opciones con un gobierno en minoría que tendría entre 55 y 59 escaños.

El bloque soberanista se ha derrumbado en estas elecciones y en ningún caso llegarían a la mayoría absoluta pero podría obtener la mayoría simple. ¿Cómo? Si los socialistas se abstuvieran. Lo sé, sería algo prácticamente imposible que el partido que ha ganado claramente las elecciones, el PSC, mirara para otro lado y dejara Gobernar a Puigdemont, pero ya estamos curados de espanto y aquí hay una clave nacional importante.

La estabilidad del gobierno de Pedro Sánchez depende en gran medida del apoyo de JUNTS, los famosos 7 votos. Por eso, ahora mismo se está a punto de aprobar una ley de amnistía al procés que se votará el próximo 30 de mayo. Y aquí es donde lo que parece imposible empieza a tener más posibilidades. ¿Hasta donde apretará Puigdemont? Recuerda que dijo que si no era presidente se retiraría de la política, así que que lo apuesta todo a la fuerza de esos 7 votos en el Congreso que ya ha demostrado que le son muy rentables.

Esto nos lleva a otra reflexión. Si Pedro Sánchez sería capaz de sacrificar un gobierno socialista en Cataluña para garantizarse, a la larga, la estabilidad de su gobierno en Madrid. Parece algo inverosímil pero hay tantas cosas que nos parecían imposibles y luego mira. Pase lo que pase, en Cataluña el río pasa por Esquerra. Ellos son los que deben aclarar hacia qué lado miran. Si hacia el independentista o hacia el PSC de Illa, ganador claro de estas elecciones.

Una vez más se confirma y van unas cuantas: “que en Cataluña una cosa es ganar y otra gobernar.”

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