Pilar G. Muñiz, sobre la crisis en el Gobierno: "Marlaska habla de relación satisfactoria... ¡Pues menos mal!"

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Esta tarde se reúne el Gobierno de coalición, extintor en mano, para intentar apagar el fuego que ha desatado la derogación de la reforma laboral que prometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Unidas Podemos. Lo dijo en el congreso de Valencia hace tan solo 15 días.

Esa promesa ha provocado que, por un lado, tengamos a la vicepresidente de la formación morada y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, desmantelando hasta los cimientos de la reforma del PP y, por el otro, a la vicepresidenta económica del Ejecutivo, de la parte socialista, Nadia Calviño, intentado que no se reforme demasiado.

Entre otras cosas porque Calviño sabe que España se juega la llegada de otros 13.000 millones de los Fondos Europeos que están condicionados a cumplir unos requisitos, entre ellos no alterar demasiado la reforma laboral que dejó Mariano Rajoy.

Estos miles de millones que llegan desde Europa son los que al final se traducen en ayudas a las empresas, a las familias y a los ciudadanos. De hecho, ya han estado por aquí los hombres de negro de la Comisión Europea, vigilando que España haga lo que se ha comprometido a hacer para obtener el dinero.

Así que el sainete en el Gobierno, al final, es como para tomárselo en serio. Llama la atención el encontronazo entre ministras que se sienten en la misma mesa del Consejo de Ministros. Donde deberían tratar el asunto sería delante del jefe del Ejecutivo.

Pues bien, cómo estará el ambiente para que ni siquiera se hayan llamado por teléfono y toda la trifulca haya quedado registrada en una serie de correos electrónicos que Calviño y Díaz se han intercambiado a propósito de la reforma laboral.

Esos correos son, según Unidas Podemos, la causa de convocar de urgencia la comisión del pacto de Gobierno. Curiosamente, ninguna de las dos asistirá a la reunión de esta tarde, aunque su ausencia no evitará tensiones. Y es que el problema no es tanto de las personas como de los modelos políticos que confrontan.

Y claro, en este caso, Pedro Sánchez ha prometido una cosa en Madrid y la contraria en Bruselas. Lo que espera Yolanda Díaz de la reunión de esta tarde no tiene desperdicio. Desde el PSOE intentan como pueden relajar el ambiente. Mientras, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska habla de relación satisfactoria entre los socios.

¡Pues menos mal!, porque hace apenas 24 horas Unidas Podemos estaba amenazando con querellarse contra la presidenta del Congreso, Meritxell Bater, por el hecho de retirar el acta al diputado morado Alberto Rodríguez, condenado a inhabilitación por el Tribunal Supremo. A buen seguro, este tema también va a salir en la reunión de esta tarde, aunque solo sea para mantener la emoción.

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