Pilar G. Muñiz: "La IA va tan rápido que sólo nos da tiempo a sorprendernos, no a entenderlo"
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No sé si te pasa a ti, pero te confieso que a mi todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial me da cierto vértigo. Todo está pasando a tal velocidad que solo nos da tiempo a sorprendernos, pero no a entenderlo bien o a asimilarlo si prefieres.
Hace 2 días que han presentado una nueva versión de los programas de Inteligencia Artificial y es alucinante lo que puedes hacer. Va mucho más allá de pedirle que te escriba un trabajo sobre el Quijote o te genere una imagen realista. Ahora también incluye la voz. Por ejemplo, en apenas 30 segundos el programa es capaz de analizar una radiografía y emitir un diagnóstico completo.
En una conversación entre dos personas que hablan diferentes idiomas puede traducir inmediatamente y con precisión lo que se dice en tiempo real. O si le grabas un vídeo del motor de tu coche estropeado podría indicarte cuál puede ser el problema y apuntarte soluciones. Vamos a decir que puede pensar de forma lógica.
Y esto solo a nivel usuario. Imagínate las posibilidades que se abren a nivel profesional. Este es un escenario muy esperanzador y es la cara más positiva de la Inteligencia Artificial, pero ¿cual será el siguiente paso? Los gobiernos saben de este potencial y están invirtiendo cada vez más dinero en esta materia. Este martes, España aprobó 1.500 millones de euros entre otras cosas para promocionar el uso del Español en el Chat GPT, la herramienta más popular ahora mismo de Inteligencia Artificial.
Al tema hay que meterle mano, hay que abordarlo de alguna manera porque estamos ante una nueva revolución. Ya no es industrial, ya no es tecnológica, ya no es electrónica. Ésta revolución pisa el terreno intelectual y creativo que hasta ahora era exclusivo de los humanos. Me quedo con esta reflexión que nos ha dejado, Carmen Artigas, una de las mayores expertas de España en Inteligencia Artificial, esta mañana en Herrera en COPE.
Pues esa puede ser una de las claves y de los retos que en un futuro la inteligencia artificial pueda parecerse tanto a nosotros que nos veamos en la obligación de diferenciarnos.