Pilar G. Muñiz: "La tendencia inflacionista es temporal, dicen en Moncloa, pero van 11 meses de subidas"
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Bienvenido a Mediodía COPE. Esto sigue imparable: los precios han subido un 5,6% en noviembre, dos décimas más que en octubre, según el dato adelantado que ha ofrecido el Instituto Nacional de Estadística.
Son dos décimas más que en octubre y la cifra más alta desde septiembre de 1992, debido principalmente al encarecimiento de los combustibles y de la alimentación. Y esto, a las puertas de la Navidad.
De confirmarse estedato del IPC el próximo 15 de diciembre, la media de los últimos doces meses se sitúa en el 2,5%. Esa será la subida de las pensiones a partir del 1 de enero de 2022, gracias a que volverán a revalorizarse con la inflación.
Así se recoge en la nueva fórmula de cálculo del proyecto de ley de reforma de la pensiones del Gobierno, en la que se tiene en cuenta el IPC interanual de 12 meses (de diciembre del año anterior a noviembre del ejercicio en vigor).
Este alza de las pensiones afectará a los 9,8 millones de pensiones contributivas, mientras que las mínimas y no contributivas se incrementarán un 3%.
Esta escalada de los precios se ha disparado especialmente en la segunda mitad del año. Principalmente, por la subida de la luz, del gas, por la crisis de suministros, porque una vez superada la fase más dura de la pandemia, la demanda se ha recuperado de manera mucho más rápida que la oferta. Esto afecta a la cadena logística: faltan microchips y otras materias primas.
Pues todo esto ha incrementado los precios y ha dejado en papel mojado la previsión de inflación que manejaba el Gobierno para este año y el próximo. Hoy, precisamente, publica LA RAZÓN que el Gobierno con este dato de IPC y con las llamadas de atención que han recibido de diferentes organismos e instituciones se estaría replanteando una rectificación de sus cuentas públicas para ajustar los objetivos económicos a la realidad.
Desde el BCE y el Banco de España recordaban además este fin de semana que las previsiones se han hecho pensando que la crisis sanitaria se ha terminado y ni mucho menos es así. No hay que más que mirar a esa variante sudafricana u Ómicron, que ha puesto en jaque de nuevo a todo el mundo y que el viernes provocó un batacazo generalizado en las bolsas.
Desde el Gobierno insisten en que esta tendencia inflacionista es temporal, pero la realidad es que ya van once meses consecutivos de subidas. Esto se traduce en menor poder adquisitivo, porque los salarios no avanzan al mismo ritmo y se reduce el consumo, lo que supone menos ingresos y beneficios empresariales, es decir, menor competitividad. Se dispara también la factura de las pensiones y se ralentiza la economía. En definitiva, el caldo de cultivo para un malestar y descontento que como vimos la semana pasada en diferentes protestas, se ha empezado a trasladar ya a las calles.