Natalia, la paciente de cáncer de mama a la que el coronavirus le salvó la vida
Sufría un cáncer de mama que percibió de forma fortuita en su recuperación de COVID-19
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Natalia Garrido es médico en la Clínica Universitaria de Navarra. Anestesia habitualmente a las mujeres que sufren cáncer de mama y que se someten a una intervención quirúrgica que forma parte del proceso de curación.
Natalia fue una de las profesiones a las que les debemos mucho en este país porque siguió trabajando en los peores meses de la pandemia de coronavirus.
De hecho, el 18 de marzo le dieron el resultado de una prueba PCR: era positivo. Estaba contagiada de COVID-19.
En esos días de aislamiento en casa, hizo algo que hacía 15 años que no había podido hacer: tomarse un baño sin prisa. Y fue, en ese baño cuando se palpó un bulto. Natalia tuvo que esperar a superar el coronavirus para empezar a curarse de su recién diagnóstico de cáncer de mama.
En su caso, el coronavirus le salvó la vida. Y de hecho sin ese baño de aquel día, no se sabe cómo se hubieran desarrollado los acontecimientos, pero probablemente sería de otra manera.
Natalia Garrido trabajaba con pacientes a quienes les operan de cáncer de mama. A ella misma le operó precisamente la misma doctora a la que ella anestesia a las pacientes antes de una operación.
En Mediodía COPE ha contado cómo se siente: "Ahora mismo muy agradecida porque efectivamente, al final vas uniendo todo lo que ocurre y el resultado final te hace comprender porque has pasado por lo que has pasado, en mi caso desde luego el COVID fue una bendición porque me paré y hacía mucho tiempo que no me paraba".
Lo que ha aprendido después de lo que ha vivido es que hay que pararse cada día y tomarse todo de otra manera. "Parar a veces es un instante. Como todo, un instante puede ser una eternidad pero si en ese instante en vez de tener un mal pensamiento estás agradecido al que te pone el café o estás agradecida porque te levantas y respiras, cambia el día", ha explicado.