La droga que nos puede salvar la vida: “Es un gran paso para llegar a un beneficio mental”

Una nueva investigación apunta que la LDS podrá, en un futuro, ayudar en enfermedades mentales, como la depresión

Redacción Poniendo Las Calles

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En 'Poniendo las Calles' todos los miércoles nos gusta conocer más acerca de los avances médicos que se dan en el mundo de la ciencia. En concreto, hoy hablamos de una investigación científica, una de esas que dan mucho de que hablar. Como siempre, cuando hablamos de ciencia lo hacemos de la mano de nuestro divulgador científico de cabeza, Jorge Alcalde.

El titular es sorprendente. Proponen que se usen drogas psicodélicas para curar enfermedades, como en el caso del LSD o el éxtasis, que actualmente se consumen de forma ilegal y que tienen efectos muy graves en la salud de las personas. Pero la ciencia le ha encontrado otro uso: “La ciencia, sorprendentemente, ha encontrado que podrían tener una utilización terapéutica. Podrían tener algunas claves que podrían ayudar a la ciencia curar algunas enfermedades mentales.” - explica a Carlos Moreno 'El Pulpo'.

Drogas ilegales, que no son de venta en farmacia y que las autoridades persiguen debido a sus efectos perniciosos para la salud, que conoce muy bien Jorge: “Alguno de los componentes y, sobre todo, el modo en el que algunas de ellas actúan en el cerebro, están dando pistas a los neurólogos para, quizás, encontrar en el futuro moléculas que pudiesen tratar la depresión mejor de lo que lo hacen los fármacos actuales.” - aclara el científico de cabecera de COPE.

Dentro de lo malas que son, es posible que tengan una “cara buena”, lo fascinante de la investigación. “Estas drogas se ha demostrado que tienen dos efectos, por un lado euforizante, tienen capacidad de activar algunas partes de nuestro cerebro que generan el estado de ánimo positivo.” - comenta Jorge. Por otro, está el conocido, el adictivo, que produce un efecto dañino para otras partes del cerebro.

“El uso de estas drogas está unida a unos receptores neuronales, que son exactamente los mismos que intentan utilizar los fármacos contra la depresión. Hasta ahora la ciencia no sabía si estas drogas atacaban al cerebro en una misma parte. Lo que se ha descubierto es que, realmente, lo que hacen es atacar dos vías diferentes, parte de las sustancias que contienen son las que producen las alucinaciones y los efectos negativos del consumo de drogas. Pero en otra parte se unen a unos receptores neuronales que están muy implicados en la depresión, y ahí es donde está la clave de lo que los científicos quieren hacer. La idea es quedarnos solo con esas moléculas en su aspecto positivo y ver si de esa manera se pueden utilizar en el futuro para curar la depresión.” - explica en profundidad en 'Poniendo las Calles'.

Esta investigación se ha llevado, hasta el momento, en ratones de laboratorio, a los cuales se les ha inducido mediante medicamentos. Después se ha probado con la introducción de algunas drogas, como el LSD y se han estudiado las vías neuronales por las que están drogas actúan, descubriendo las dos vías paralelas.

El siguiente paso es determinar muy bien lo que ocurre y probarlo no solo en ratones, sino en otros animales. Tras él, la ciencia debe ser capaz de diferenciar las dos vías neuronales y generar, por tanto, moléculas que solo afecten a la parte positiva. El último será hacer pruebas químicas con seres humanos para comprobar si es tan real y tan seguro el prometedor avance.

Como toda investigación, se asumen demasiados riesgos pero todo debe hacerse con control: “Es muy importante dejar claro que estamos hablando de unas sustancias que, en ningún caso, se pueden consumir. Ningún científico está recomendando el uso de estas sustancias para curar ninguna enfermedad porque tiene muchos efectos negativos. Todavía hay que comprobar los efectos beneficiosos.” - avisa Jorge Alcalde.

“Este es el gran riesgo de transmitir la información y pensar que las sustancias curan y no es así. La ciencia todavía no ha sido capaz de determinar exactamente cuál es la separación entre las dos vías y al final encontremos un medicamento suficientemente potente. Pero todo se hace con pausa y cautela y con buena información, teniendo en cuenta que realmente lo que se busca es inventar una molécula que pueda ser útil y no una droga. Podríamos tener encima de la mesa una nueva herramienta contra la depresión. - explica con profundidad.

Recordar, que debemos ser prudentes y que tendremos que esperar mucho tiempo para que estas investigaciones realmente sean eficaces.