Trabaja en un restaurante de un pueblo de Pontevedra y no pueden más con las moscas: "En la comida"

En Poniendo las Calles, Carlos Moreno 'El Pulpo' viaja hasta Tomiño, donde trabaja Ana en un local donde la situación está siendo muy complicada

Dos moscas

José Manuel Nieto

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Hay algo que lleva ocurriendo unas cuantas primaveras y veranos en España, pero lo de este año está siendo ya demasiado. Sales de casa cualquier día, cruzas la puerta de tu portal y te ves invadido por moscas y mosquitos. Ana, una trabajadora de un restaurante de un pueblo de Pontevedra, relata lo que sufren en Poniendo las Calles.

Y eso que todavía estamos en primavera, no me quiero imaginar el verano. Pero si hay una región especialmente afectada, esa está siendo Galicia. Allí, la Federación Gallega de Municipios y Provincias dio la voz de alarma por las quejas de los vecinos de hasta 20 municipios, y la Universidad de Vigo ha decidido investigar todo esto.

Intentan de todo para impedirles la entrada en sus casas, incluso evitan salir al exterior para no encontrarse con ellos en los peores momentos. Un informe remitido a la Xunta por la Federación Galega de Municipios y Provincias asegura que son hasta 20 las localidades en Pontevedra, Lugo, A Coruña y Ourense que sufren la explosión de dípteros.

Tampoco es algo nuevo, ni tiene una sola causa señalada. Lo que viene provocando desde hace años la proliferación de estos insectos en los concellos afectados obedece a un conjunto de causas relacionadas con las malas prácticas agrícolas, básicamente con el abuso de abono en los campos, y un cambio en el patrón climático relacionado con el calentamiento global.

Moscas

El uso incontrolado de las deyecciones ganaderas, como la gallinaza, el estiércol de las granjas lecheras y los purines de los cerdos, no solo supone un peligro para los acuíferos, que acaban contaminados por nitratos, sino que constituye el mejor reclamo para estos insectos, que efectúan sus puestas en cualquier material biológico en descomposición.

Moscas en el exterior de una vivienda en O Val, en Narón - FOTO: Cedida

Si a ello unimos que el cambio climático está provocando un aumento de las temperaturas durante todo el año, tenemos el escenario perfecto para que las moscas alarguen su ciclo de vida y en consecuencia multipliquen sus puestas protagonizando auténticas explosiones poblacionales.

"En la comida"

Ana está trabajando en Tomiño en un restaurante donde la situación está siendo muy complicada: "Hay muchísimas, es un restaurante y es antihigiénico. Un montón se nos ponen en la comida, en las mesas, en las ventanas. Para nosotros es un problema". Carlos Moreno 'El Pulpo' quería saber si les impide a los vecinos realizar actividades cotidianas del día a día.

"Con el tema de la comida es muy desagradable, pero la gente se queja y en casa igual. Pasa con muchísimas cosas", señala Ana. Ellos ya han tomado medidas: "El tema es que siempre hay algún alimento o restos de alimentos. Y entonces, claro, uno pone en un sitio unos aparatos. Como no le funcionaban porque eran tantas las moscas, tuvo que cambiarlos y poner otros".

Estos actúan soltando "un spray": "Aun así sigue habiendo moscas". "Nosotros en casa igual echas un montón de líquido y al día siguiente abres una ventana o abres una puerta y estás igual otra vez", lamenta Ana. Lo peor es que remedios desde el consistorio, de momento, "aquí no sabemos nada".

Un grupo de moscas tras ser atrapadas en un papel con pegamento

"En principio le estaban echando la culpa a los viveros por el tema de los abonos", señala la trabajadora del restaurante, "al final tendrán que poner una solución porque es un establecimiento, andamos con comida y la gente se queja, se queja y al final quien damos la cara somos nosotros y es un problema".