Un camionero revela el gesto de un niño de siete años en Algemesí tras la tragedia de la DANA: "Es de vergüenza"
Javi trabaja como transportista y vivió desde su camión el día en el que se produjeron las inundaciones, así como fue parte y testigo de las tareas de limpieza y rescate en Valencia
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El testimonio de Javi, un camionero valenciano, sobre las devastadoras inundaciones provocadas por la DANA en 2024, revela no solo el drama vivido, sino también una rabia profunda hacia el abandono sufrido por muchas comunidades afectadas. En una conversación con Carlos Moreno 'El Pulpo', Javi compartió su experiencia como testigo y participante en las labores de rescate y limpieza, destacando gestos de solidaridad, pero también momentos de impotencia y frustración.
La tragedia ocurrió el 29 de octubre de 2024, cuando las lluvias torrenciales sorprendieron a miles de personas, entre ellas a Javi, quien viajaba hacia Valencia. "Vi como un tsunami", relató, describiendo cómo, al tomar la salida hacia el polígono de Riba-Roja, de repente el agua comenzó a subir de forma imparable.
En cuestión de minutos, su camión se vio rodeado, y Javi tuvo que abandonarlo. Mientras permanecía en un puente con otros afectados, vio pasar coches y camiones arrastrados por el agua, algunos de los cuales no pudieron ser salvados.
El testimonio de Javi no solo narra el horror de esa noche, sino también el dolor que sintió al ver a su gente, la valenciana, luchando por sobrevivir sin el apoyo de las autoridades. "Nos han abandonado aquí", afirmó, haciendo referencia a la escasa respuesta oficial durante las primeras horas de la tragedia.
el gesto de un niño de siete años
Javi relató cómo, tras la subida de las aguas, las calles quedaron llenas de escombros, barro y vehículos flotando. Pese a todo, vio el esfuerzo colectivo de su comunidad, con ciudadanos y voluntarios de toda España uniéndose para limpiar y ayudar.
Sin embargo, uno de los momentos más impactantes del relato fue el de un niño de solo siete años trabajando sin descanso para retirar el barro de su pueblo, Algemesí. Javi describió el gesto como "de vergüenza", al ver a un niño tan pequeño, sin que las autoridades estuvieran presentes para ofrecer un apoyo más efectivo.
Esta imagen simboliza, según él, la dureza de una tragedia que no solo arrasó físicamente, sino también emocionalmente a todos los involucrados. Aunque Javi expresó su gratitud por la ayuda recibida desde todos los rincones de España, no dejó de señalar las fallas en la gestión de la crisis.
En su opinión, la falta de alertas claras y la deficiente preparación de los ríos y pantanos contribuyeron a la magnitud del desastre. Para él, este desastre pudo haberse evitado si se hubieran tomado las medidas adecuadas con antelación.
en Algemesí
En sus palabras, la rabia era palpable, sobre todo cuando reflexionaba sobre la situación política. Javi se mostró indignado al observar que, mientras la gente de a pie se volcó en ayudar a los afectados, los responsables de la gestión de emergencias parecían haber fallado. "La gente no puede olvidar lo que hemos pasado, las 220 víctimas, porque al final somos nosotros, el pueblo, el que tenemos que salir adelante. Somos los que siempre nos levantamos, con ayuda o sin ella", expresó con determinación.
El dolor de Javi, como el de muchos otros afectados, no solo está vinculado a la pérdida material, sino a la sensación de abandono por parte de las instituciones, algo que lo motiva a seguir luchando por su gente y por la justicia que, en su opinión, no se ha hecho todavía.