Un doctor revela cómo un paciente con depresión llegó a consulta y el gesto de su perro cambió su vida: "Ya no voy"

Darío Fernández explica el valor terapéutico de estos animales haciendo público un caso que tuvo que tratar en su clínica

Una mujer joven acaricia a su perro galgo, que lleva un abrigo acolchado rosa, mientras está sentada en un banco en la pasarela de Arganzuela en Madrid
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Poniendo las Calles

Carlos Moreno 'El Pulpo' descubre con Darío Fernández, médico y psicólogo clínico de la Clínica Legazpi de Madrid, los secretos de la relación entre humanos y perros

José Manuel Nieto

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4 min lectura

La relación entre humanos y perros ha sido siempre un vínculo especial, pero ahora, la ciencia está empezando a dar más peso a cómo esta relación puede convertirse en una herramienta terapéutica poderosa, incluso en situaciones tan complejas como la depresión. Darío Fernández, médico y psicólogo clínico de la Clínica Legazpi en Madrid, ha compartido en una reciente entrevista con Carlos Moreno 'El Pulpo' un caso que no solo le sorprendió, sino que le inspiró a profundizar en el impacto de los perros en la salud mental.

El caso que Fernández relata es el de un paciente que acudió a su consulta por un cuadro depresivo grave. Después de varias sesiones, el paciente le confesó algo que, en palabras del propio doctor, fue "un giro inesperado": "Doctor, ya no me voy a suicidar." Ante la sorpresa del terapeuta, el paciente explicó la razón detrás de su cambio de mentalidad: "Es que si yo me suicido, doctor, quién va a cuidar de mi perro."

Este comentario dejó a Fernández reflexionando sobre el profundo impacto que los animales, y en particular los perros, pueden tener en la salud emocional y mental de las personas. "A veces, me preguntan si mi intervención psicológica fue la que le salvó, y yo creo que no, que fue el perro", explica el experto. Según Fernández, en muchos de los casos que ha tratado, los perros han actuado como un auténtico "antidepresivo", mucho más eficaz que cualquier medicamento.

Perro alegre corriendo hacia su dueño en un parque, jugando a buscar la pelota en Madrid

Alamy Stock Photo

Perro alegre corriendo hacia su dueño en un parque, jugando a buscar la pelota en Madrid

A lo largo de su carrera, el doctor ha observado cómo los perros no solo ayudan a mitigar la soledad y la tristeza, sino que también fomentan comportamientos positivos como la actividad física, la interacción social y la responsabilidad. "Muchos de mis pacientes han descubierto que salir a pasear con sus perros les ha dado un motivo para salir de casa, para interactuar con otras personas y, sobre todo, para sentirse necesarios", explica Fernández.

El poder terapéutico de los perros

De hecho, los perros se han revelado como una fuente invaluable de apoyo emocional en momentos de crisis. El doctor recuerda cómo, en algunas ocasiones, el amor incondicional de estos animales ha sido la chispa que ha incitado a los pacientes a seguir adelante. "El perro no juzga, no te exige, solo te da amor. Y eso puede ser un bálsamo en los momentos más oscuros", comenta Fernández.

Además de su impacto individual, los perros también han jugado un papel importante en las relaciones de pareja, tanto para bien como para mal. El doctor Fernández ha sido testigo de cómo las rupturas pueden verse influenciadas por la presencia de un perro, ya sea por un conflicto sobre quién se queda con el animal o incluso por la importancia que el perro tiene para uno de los miembros de la pareja.

"Ha habido casos en los que una ruptura no ha tenido lugar porque uno de los dos ha dicho: 'Nada, sin mi perro no me voy'. Y también he presenciado casos en los que la custodia del perro se convierte en un verdadero campo de batalla legal, igual que si fuera un hijo", relata Fernández. Esto pone de manifiesto la importancia emocional de los perros para muchas personas, hasta el punto de convertirse en un miembro integral de la familia, cuyo bienestar se considera fundamental.

Dos hombres paseando a sus perros, Sitges

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Dos hombres paseando a sus perros, Sitges

La historia de este paciente, que encontró un motivo para vivir en el amor y cuidado de su perro, es solo un ejemplo de cómo los animales pueden influir positivamente en la salud mental de las personas. Darío Fernández no solo expone este caso como un hecho aislado, sino que subraya que los perros tienen un valor terapéutico que va más allá de lo que se podría esperar en un entorno clínico tradicional.

El impacto de los animales

La relación entre los humanos y los perros puede ser más compleja y profunda de lo que parece a simple vista, y cada vez son más los estudios que respaldan este vínculo como una vía eficaz para tratar problemas emocionales y psicológicos. En este sentido, los perros se han convertido en aliados insustituibles en la lucha contra la depresión, la soledad y otros trastornos mentales.

El relato de este paciente, que decidió seguir viviendo por su perro, nos invita a reflexionar sobre la conexión emocional que los seres humanos compartimos con nuestros animales de compañía y cómo este lazo puede ser un ancla en los momentos más difíciles.

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