La imagen que más preocupa a una doctora de los que ayudan en la tragedia por la DANA: "Falsa sensación de seguridad"

Ana Belén Jiménez, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Severo Ochoa, charla con Carlos Moreno 'El Pulpo' para hacer recomendaciones

José Manuel Nieto

Publicado el

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En el contexto de la tragedia causada por la DANA que asoló recientemente algunas regiones de España, la doctora Ana Belén Jiménez, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Severo Ochoa, ha expresado su preocupación por una imagen que, lejos de ser alentadora, representa una grave amenaza para la salud de los afectados: la *falsa sensación de seguridad*. Esta preocupación surge de la observación de cómo muchos voluntarios y miembros de las fuerzas de seguridad se encuentran trabajando en condiciones precarias, sin la protección adecuada frente a los riesgos sanitarios derivados de la catástrofe.

Durante su intervención en el programa "Poniendo las Calles", Jiménez advirtió que la situación en las zonas afectadas por la DANA es propensa a una serie de riesgos sanitarios que pueden empeorar con el paso de los días. Entre los peligros más evidentes están la proliferación de *vectores* como ratas y roedores, que pueden transmitir enfermedades graves. A pesar de que en la actualidad la peste ya no es un riesgo común, la presencia de roedores en zonas de escombros puede traer consigo enfermedades contagiosas, poniendo en riesgo la salud de los rescatistas y afectados.

Pero no solo los vectores representan un peligro. La doctora también destacó los riesgos asociados a *bacterias* y *hongos*, que encuentran en la humedad, el lodo y el agua estancada un ambiente ideal para multiplicarse. De hecho, las condiciones generadas por las lluvias torrenciales y las inundaciones favorecen la proliferación de patógenos que pueden causar enfermedades graves, como el cólera. Este escenario plantea la urgente necesidad de tomar medidas de protección para evitar que el desastre natural evolucione en una crisis sanitaria.

Europa Press

Voluntarios limpian los desperfectos ocasionados por la DANA, a 4 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia, Comunidad Valenciana

Uno de los puntos más alarmantes que destacó Jiménez fue la presencia de personas trabajando en las zonas afectadas sin el equipo de protección adecuado. Aunque estas personas se encuentran allí con la mejor de las intenciones, la falta de mascarillas efectivas, ropa impermeable y protección ocular expone a los voluntarios a riesgos de infecciones respiratorias y cutáneas. 

La imagen que más preocupa

La doctora subrayó que las mascarillas quirúrgicas, por ejemplo, no son suficientes para proteger contra los patógenos que podrían estar en el aire, y que es esencial el uso de mascarillas más eficaces, así como ropa adecuada para evitar la exposición al agua contaminada. Además, los voluntarios deben tener especial cuidado con las heridas, ya que pueden infectarse rápidamente al entrar en contacto con el agua o el barro.

Uno de los aspectos que más preocupa a la doctora Jiménez es la *falsa sensación de seguridad* que los voluntarios y los afectados pueden tener al ver que no están tomando todas las medidas necesarias. 

      
             
      

Esta falta de preparación puede desencadenar consecuencias aún más graves, ya que la exposición continua a un entorno insalubre puede acelerar la propagación de enfermedades y complicar la respuesta sanitaria.

Europa Press

Voluntarios limpian las zonas afectadas por la DANA, a 3 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia, Comunidad Valenciana

La experta también hizo un llamado urgente a la población para que en caso de estar en contacto con agua contaminada, desechara los alimentos que hayan estado sumergidos, ya que estos pueden contener microorganismos peligrosos. Además, enfatizó la importancia de no tocar cadáveres, ya que también pueden ser un foco de infección.

La tragedia por la DANA

En resumen, la doctora Ana Belén Jiménez subraya que la tragedia provocada por la DANA no solo debe enfrentarse con esfuerzos de rescate y ayuda inmediata, sino también con un enfoque preventivo en cuanto a la salud pública. 

      
             
      

La protección adecuada y la comprensión de los riesgos sanitarios son esenciales para evitar que la situación empeore, y es vital que los esfuerzos de rescate se complementen con medidas claras de seguridad para todos los involucrados. Solo de esta manera se podrá evitar que una catástrofe natural se transforme en una crisis sanitaria aún mayor.