Una madre española en Finlandia desvela lo que le dicen sus hijos cuando van a Málaga: "Por la puerta del colegio"

Hay muchas diferencias entre la vida que puede llevar una familia finlandesa y la que llevan unos niños en España como Anna Matea le cuenta a Carlos Moreno 'El Pulpo'

José Manuel Nieto

Publicado el

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La diferencia en el estilo de vida y las costumbres entre finlandeses y españoles se hace evidente. En Poniendo las Calles, Carlos Moreno 'El Pulpo' habló con Anna Matea, una madre española residente en Finlandia, que compartió con humor y sinceridad las sorprendentes reacciones de sus hijos cada vez que visitan Málaga. 

Anna explica que siempre intentan visitar Málaga en primavera, alrededor de marzo, y la experiencia comienza con un curioso malentendido relacionado con el clima. "En casa, siempre se abrigan porque hace frío todavía", comenta. Sin embargo, sus hijos no pueden evitar su sorpresa al escuchar que van a un lugar cálido: "¡Que va a hacer frío si es verano!", replican.

Este comentario resalta una de las diferencias más notables: lo que para una familia finlandesa puede ser una primavera templada, para los niños españoles significa un calor abrumador. Para ellos, marzo en Málaga se siente más como el verano que conocen en Finlandia, lo que provoca que sus expectativas y la realidad choquen de manera divertida.

Un amanecer desde una playa de Málaga

Anna reflexiona sobre este aspecto, destacando que el clima en Málaga durante esa época puede ser "muchísimo calor" en comparación con lo que sus hijos experimentan en su día a día en Finlandia. Para ellos, el concepto de invierno se desvanece en un lugar donde las temperaturas suelen ser mucho más suaves.

Lo que le dicen sus hijos cuando van a Málaga

Uno de los momentos más reveladores de la conversación se produce cuando Anna menciona la reacción de sus hijos al pasar por un colegio en Málaga. En Finlandia, donde asisten a una escuela que cuenta con solo 60 alumnos, el contraste es asombroso. Cada vez que caminan junto a una escuela en España, sus hijos exclaman: "Mamá, mira cuántos niños hay en ese colegio".

Esta reacción no solo subraya la diferencia en el tamaño de las escuelas, sino que también refleja una forma de vida donde la educación y el ambiente escolar son fundamentalmente distintos. En Finlandia, el sistema educativo es conocido por su enfoque personalizado y su tamaño reducido, lo que permite una atención más individualizada.

      
             
      

Por otro lado, en España, el bullicio y la actividad de un colegio lleno de niños puede parecerles abrumador y fascinante. La cantidad de niños que sale a la hora de salida provoca en ellos una especie de asombro, algo que para los españoles puede parecer cotidiano.

Un bosque con árboles lleno de nieve en Finlandia

Además de las diferencias en el clima y la educación, Anna también menciona que sus hijos encuentran a los españoles "muy escandalosos". La forma de socializar, el volumen de las conversaciones y la intensidad de las interacciones pueden ser chocantes para quienes están acostumbrados a la tranquilidad y el espacio personal que caracteriza a la cultura finlandesa.

Una madre española en Finlandia

La experiencia de Anna Matea y sus hijos es un claro ejemplo de cómo la globalización y la movilidad han hecho que muchas familias vivan entre culturas distintas. Cada viaje de regreso a España se convierte en una oportunidad para explorar las diferencias y similitudes entre sus dos mundos.

      
             
      

Las reacciones de sus hijos ante lo que ven y escuchan en Málaga no solo son divertidas, sino que también son una ventana a la comprensión intercultural. El relato de Anna resalta la riqueza de las experiencias vividas en el extranjero y cómo estas influyen en la crianza de los hijos.