Una orensana fue pionera en su pueblo por cómo ayudó a sus vecinos en 1975, cuando su marido emigró a Suiza

En la Galicia rural de los años 70, donde las mujeres eran raramente vistas al volante y las dificultades cotidianas para las familias eran innegables, Julia Velázquez, una mujer de A Bola, un pequeño municipio de Ourense, marcó un antes y un después en la vida de su pueblo. Su historia es un ejemplo claro de coraje, perseverancia y de cómo un cambio personal puede transformar a una comunidad entera.

Julia, que en 1975 contaba con 28 años, vivió una situación que era común en aquellos tiempos: su marido, al igual que muchos gallegos de la época, tuvo que emigrar a Suiza en busca de trabajo. Así, se vio al frente de una familia con dos niños pequeños, además de las responsabilidades de cuidar a su suegro y a su tía. Su día a día era una verdadera prueba de resistencia, ya que, además de las tareas domésticas, tenía que gestionar la explotación ganadera familiar y una huerta. Ante este panorama, Julia tomó una decisión que cambiaría por completo su vida y la de su pueblo: sacarse el carnet de conducir.

A pesar de que en aquellos años no era común ver a una mujer al volante, y mucho menos en una aldea como A Bola, Julia se convirtió en la primera persona en su localidad en obtener el permiso de conducir. Lo hizo en julio de 1975, un mes después de comenzar las clases de conducción en la autoescuela. En tan solo un mes, Julia ya estaba conduciendo su propio coche, un Renault 6 blanco que le regalaron su marido y su suegro como apoyo a su valiente decisión.

La historia de Julia fue narrada por Carlos Moreno ‘El Pulpo’ en Poniendo las Calles, donde se rememora cómo su coraje no solo la permitió mejorar su vida, sino que también le dio la oportunidad de ayudar a los demás. En un tiempo donde los desplazamientos eran complicados, especialmente en una zona rural, Julia usó su coche para ofrecer servicios de transporte a sus vecinos. No solo llevaba a sus hijos al colegio, sino que también ayudaba a los demás a hacer recados y transportar mercancías.

Una orensana fue pionera en su pueblo

Julia no se limitó a la comodidad de su hogar, sino que aprovechó su vehículo para realizar portes y vender productos como manzanas, patatas o cebollas en localidades cercanas como Xinzo u Ourense. Gracias a su coche, Julia no solo mejoró su propia situación, sino que contribuyó al bienestar económico de su comunidad.

En un contexto en el que las mujeres no eran fácilmente aceptadas en roles de liderazgo, menos aún en profesiones o actividades consideradas masculinas, Julia enfrentó prejuicios y comentarios de los hombres de la época. Sin embargo, a pesar de las habladurías, su familia siempre la apoyó, especialmente su marido, quien fue fundamental para que ella pudiera dar este paso hacia la independencia y la autosuficiencia.

Hoy, más de 40 años después, Julia sigue siendo recordada como una pionera en A Bola. A pesar de los años que han pasado, su Renault 6 blanco permanece en la memoria colectiva del pueblo. Su historia no solo se celebra como un ejemplo de superación, sino que también destaca el impacto de su esfuerzo y sacrificio en la vida de quienes la rodeaban.

Julia Velázquez, con 82 años, se mantiene como un símbolo de lucha, resiliencia y generosidad. A través de su carnet de conducir y su Renault 6, no solo transformó su vida, sino que cambió para siempre la vida de los suyos, ayudando a quienes más lo necesitaban. 

En 1975

Su historia demuestra cómo, en ocasiones, las pequeñas acciones de las personas comunes pueden tener un impacto trascendental en su comunidad, creando un legado que perdura en el tiempo.

En un contexto de trabajo duro, emigración y lucha por la supervivencia, Julia fue más que una simple mujer de campo: fue una verdadera pionera que, con determinación y valentía, demostró que una persona, aunque aparentemente insignificante en un mundo lleno de dificultades, tiene el poder de cambiar su entorno para mejor. Y, sin duda, Julia Velázquez cambió A Bola para siempre.