Una psicóloga acaba con el mito de la depresión tras las vacaciones de Navidad: "No patologicemos la normalidad"

Son muchos los que sienten una especie de tristeza después de las celebraciones y Silvia Álava desdramatiza esta sensación para que no se tilde de problema psicológico

José Manuel Nieto

Publicado el

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Cada enero, después de la maratón de celebraciones navideñas, muchos se sienten tristes o desconectados. Ese bajón, conocido como "depresión post navidad" o "depresión post vacacional", es un fenómeno habitual en la transición de las fiestas a la rutina, pero, como nos explica la psicóloga Silvia Álava, no debemos caer en el error de patologizar una reacción completamente normal.

En una reciente entrevista en el programa Poniendo las Calles, la doctora en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en psicología general sanitaria, Silvia Álava, desdramatizó la sensación de tristeza que muchas personas experimentan después de las vacaciones. 

Durante la conversación con Carlos Moreno 'El Pulpo', Álava explicó que aunque es común sentir cierta melancolía al volver a la rutina, eso no debe ser confundido con un trastorno psicológico.

Silvia Álava subraya que, si bien la tristeza o el desajuste temporal tras las fiestas es algo habitual, no debe interpretarse como una depresión. “Estamos en una sociedad que patologiza la normalidad”, afirma la psicóloga, y explica que la Navidad es una época de desconexión, con horarios relajados, reuniones sociales, y un ritmo completamente diferente al que seguimos el resto del año. Tras ese período de libertad y alegría, el retorno a la rutina laboral, las responsabilidades y los horarios estrictos puede generar una sensación de vacío.

¿Por qué no es depresión?

La psicóloga explica que hablar de depresión implica un diagnóstico profesional, el cual debe basarse en una evaluación clínica y en la presencia de síntomas persistentes a lo largo del tiempo, no solo durante unos días. En cambio, lo que muchas personas experimentan tras las fiestas es un choque de ritmo o una adaptación a las responsabilidades cotidianas, lo que no tiene por qué ser un trastorno.

"Cuando hablamos de depresión, nos referimos a algo mucho más serio", aclara Álava. "La depresión es un trastorno que requiere un diagnóstico profesional. Y esos síntomas deben mantenerse durante un periodo prolongado, por lo menos unos meses. En cambio, la sensación de tristeza o cansancio postvacacional es simplemente una respuesta natural a la vuelta a la rutina".

      
             
      

El mensaje de Silvia Álava es claro: no todo malestar temporal debe convertirse en un problema psicológico. Si bien es cierto que algunas personas pueden sentirse más bajas de energía o menos motivadas tras las vacaciones, esa sensación de incomodidad debería ser vista como algo pasajero y no como un trastorno patológico.

Familia en Navidad

Por tanto, la recomendación de la psicóloga es simple pero esencial: poner en perspectiva las emociones y ser conscientes de que un periodo de ajuste es normal. Recuperar el ritmo de trabajo, reestablecer los horarios y retomar las responsabilidades puede generar incomodidad, pero no debemos alarmarnos ni buscar etiquetas diagnósticas innecesarias.