El tiempo perfecto que debes emplear para dormir después de comer: "Si el cuerpo pide siesta"
Tamara Pazos, bióloga, presenta en 'Poniendo las Calles' su libro sobre como vivir más, o por lo menos mejor
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Estamos en un momento en el que los avances tecnológicos nos obligan a no estancarnos. La vida es una evaluación constante y el examen final cada vez se retrasa más. Porque una de las evidencias de nuestra época es que cada vez vivimos más. Lo que ocurre es que esté más no siempre es mejor. Hoy nos ayuda a poner las calles Tamara Pazos, Bióloga, con máster en neurociencia y especializada en el comportamiento humano. Acaba de publicar “Este libro te hará vivir más (o por lo menos mejor)”.
Para vivir mejor se piensa que no se debe madrugar, y es que al cerebro, ¿le sienta bien madrugar? “en principio bien, si lo tomamos como un hábito que el cerebro pueda predecir y prepararse para ello.” Pero si no estamos acostumbrados, trastocamos el patrón habitual.
Trasnochar tiene también sus consecuencias. Hay una percepción que tenemos interiorizada en el ámbito científico y es intuitiva, y es que somos una especie diurna, por lo tanto nuestro cerebro espera actividad en las horas de luz y descanso en las horas de noche. Realizar actividades de ocio o de trabajo en horas de oscuridad, produce lo que llamamos “jet lag social”.
Para vivir más (o por lo menos mejor) existen cinco pilares. El primero es cuidar los ritmos circadíanos, asociar nuestros hábitos a los momentos de luz y economizar las horas. Como segundo pilar, el sueño, importante y primordial poner en valor las horas que dormimos. El tercero sería cuidar nuestra atención para que la toma de decisiones sobre nuestra salud sea nuestra y no el entorno, que nos lleva al automatismo e inmediatez. Y después vienen los clásicos de actividad física y alimentación, actividad física, fundamental para cuidar nuestra masa muscular y el cerebro a largo plazo.
¿Cuánto puede depender de nuestros hábitos y cuánto de nuestra genética?
Se debe tener en cuenta la variabilidad individual, dado que el ADN es una lotería. “Lo que si tiene mucha predominancia sobre nuestra salud es el ambiente. El contexto que nos rodea, y de que hábitos te rodeas y de que entorno, es lo que más importa en la salud, puedes tener un ADN brillante, que si tienes falta de sueño, mal alimentación y malos horarios tu salud está condenada.”- asegura Tamara a Carlos Moreno 'El Pulpo'.
Este es un programa que acompaña a los ponedores que madrugan pero también a los que han trabajado durante la noche. Pero somos animales diurnos. Por ello, tenemos que poner en valor el contexto de que si no hubiese posibilidad de no trabajar por la noche, es esencial prestar atención a las personas que realizan ese turno, porque tienen un riesgo de padecer estreés a largo plazo sobre los ritmos circadianos. “Esos riesgos son pequeñas distorsiones a nivel órganos que tratan de alinearse con el sol, que generan estrés o inflamación. Pero si regulas la alimentación, la actividad física y las horas que te dejan dormir, puedes hacer una vida saludable dentro de lo que cabe.” - reconoce la bióloga.
Un ritmo circadiano tiene una gran importancia, porque es el como se van sucediendo la cadena de hormonas y pequeñas moléculas que comunican órganos para que funcionemos. “Nuestros ritmos circadníanos se alternan al estar despiertos durante las horas en las que no hay luz y dormidos cuando hay luz. Durante la noche nuestro cuerpo se repara a nivel sistema inmune, es la mayor función del sueño, así como limpiar el cerebro.”
Durante el día, tenemos cortisol, hormona que pone el corazón a funcionar, que manda sangre a los músculos, que te activa y sube la temperatura que dilata los vasos sanguíneos para que llegue mas sangre a los músculos y es la hora perfecta para hacer actividad física. Al igual es después de comer, sobre las cinco o seis. “También los ritmos circadianos tienen otra hora que es muy intuitiva y que es la hora de la siesta, hay un gran bajada de la temperatura y del cortisol a las horas de mediodia y por eso nos viene esa modorra, que no es solo por comer. Si el cuerpo pide siesta y no interfiere con el sueño y es entre 30 y 40 minutos, no está mal.” - reconoce la entrevistada.
El estrés causa heridas, algo que afecta cada vez a más personas y a lo que no se le da la importancia que merece. “Yo es a lo que más importancia le doy, se trata de poner la atención de nuestro lado. Se da, por tanto, un efecto tragaperras, donde tienes un placer inmediato de seguir tirando o avanzando o comiendo, por ejemplo.” - ejemplifica Tamara Pazos. Se trata de un entorno muy estresante, dado que se vive en una constante insatisfacción en el que necesitas reponer la sensación buena. La idea sería desarrollar un pensamiento a largo plazo, en el que se tenga un control consciente de donde se pone la atención y valorar los riesgos a largo plazo, focalizarse en el momento de realizar una actividad, algo que da libertad y empoderamiento a la hora de decidir que hacer, así como el nivel de atención.
La alimentación es el quinto pilar y no por ello menos importante. No es solo el combustible de todas las células del cuerpo, sino que interfiere en la calidad de vida a largo plazo. Dependiendo de lo que abunde en nuestra dieta, exponemos nuestro cuerpo a diversos riesgos. La alimentación vincula y mucho y afecta al estado de animo. Preocuparnos por la calidad nutricional es importante, pero sin ser restrictivos. Siempre debe abundar lo más nutritivo, es lo principal.