La verdad detrás del cuadro de 1860 de la viajera en el tiempo con un móvil en la mano: "Si se presta atención"

Se han desatado todo tipo de conspiraciones sobre la pintura titulada 'La Esperada' (Die Erwartete) del austriaco Ferdinand Georg Waldmüller

Waldmuller Ferdinand Georg - Die Erwartete
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Poniendo las Calles

El experto en misterio, José Talavera, acaba con las conspiraciones sobre algunos de los misterios alrededor de varios cuadros famosos

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

A lo largo de la historia del arte, han sido muchos los cuadros que han despertado la curiosidad y la imaginación de los espectadores. Uno de los ejemplos más recientes de este fenómeno es la famosa pintura La Esperada (Die Erwartete) de 1860, creada por el pintor austriaco Ferdinand Georg Waldmüller. La obra muestra a una joven caminando por un sendero con un pequeño objeto en las manos que ha generado una de las teorías más curiosas y desmesuradas de los últimos tiempos: ¿estamos ante una viajera en el tiempo? ¿Podría la joven del cuadro estar sosteniendo un teléfono móvil, como los que utilizamos hoy en día?

En La Esperada, la joven aparece absorta en lo que sostiene, algo que ha desconcertado a más de uno. La escena, en principio un retrato típico de la época, se vuelve inquietante cuando observamos lo que parece un pequeño objeto rectangular en sus manos. La comparación con un teléfono móvil moderno es inevitable, y en redes sociales se ha generado todo un debate sobre la posibilidad de que la pintura sea una representación de una viajera del tiempo.

Este debate ha sido alimentado en Poniendo las Calles, en el que el experto en misterios José Talavera desmonta la teoría de la viajera del tiempo. Talavera explica con claridad que la joven en la pintura no está sosteniendo un dispositivo moderno, sino un objeto completamente acorde con la época: un libro de oraciones, común en el siglo XIX.

Waldmuller Ferdinand Georg - Die Erwartete

Alamy Stock Photo

Waldmuller Ferdinand Georg - Die Erwartete

José Talavera explica que el objeto que sostiene la joven es, de hecho, un pequeño libro devocional, probablemente usado para rezos diarios, una pieza habitual en la vida religiosa del siglo XIX. Los críticos de arte apuntan a que el elemento que parece tan desconcertante para los ojos contemporáneos podría haber sido fácilmente identificado como un libro en la época de la pintura.

Un detalle que confirma la idea

El malentendido surge cuando la percepción moderna influye en la interpretación de las obras de arte. Hoy en día, las personas están acostumbradas a ver a alguien absorto en la pantalla de su móvil, y por esta razón, el objeto de la joven puede parecer algo tan familiar como un teléfono móvil. Sin embargo, la visión del espectador se ve afectada por su propio contexto histórico y cultural. Lo que hoy parece un móvil en manos de la joven, en el siglo XIX hubiera sido inmediatamente reconocido como un libro de oraciones, sin generar mayor confusión.

Otro de los detalles que refuerzan esta interpretación es el rosario que cuelga de las manos de la joven, un objeto asociado a la devoción religiosa. Este detalle, que podría haber pasado desapercibido para quienes se dejan llevar por la teoría del móvil, es clave para comprender el contexto de la escena. El rosario, junto con el libro de oraciones, indica claramente que la joven está dedicada a una práctica religiosa, y no a actividades que podrían asociarse a la vida moderna, como mirar el móvil o navegar en Internet.

Este fenómeno pone de manifiesto cómo las percepciones cambian a lo largo del tiempo y cómo los elementos de una obra de arte pueden ser interpretados de manera diferente según el contexto cultural y tecnológico en el que se encuentren los espectadores.

Waldmuller Ferdinand Georg - Die Erwartete

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Waldmuller Ferdinand Georg - Die Erwartete

Lo fascinante de este caso es cómo las teorías sobre viajeros en el tiempo o fenómenos inexplicables han sido impulsadas por la forma en que los espectadores actuales interpretan las imágenes del pasado a través de su propia lente tecnológica. Las redes sociales, con su capacidad para amplificar teorías sin fundamento, han jugado un papel importante en la propagación de la idea de una "viajera en el tiempo". Sin embargo, como explica Talavera, la historia detrás de La Esperada es mucho más simple y menos fantástica: es una representación de la vida cotidiana y la devoción religiosa de una joven en el siglo XIX.

Más allá de las conspiraciones

En última instancia, la historia de la pintura de Waldmüller nos invita a reflexionar sobre cómo el arte puede ser percibido y reinterpretado a lo largo del tiempo, y cómo la tecnología y los avances culturales modifican la manera en que nos relacionamos con el pasado.

Las teorías sobre viajeros del tiempo y objetos "modernos" en pinturas antiguas pueden ser entretenidas y estimulantes para la imaginación, pero la realidad detrás de La Esperada es mucho más sencilla. Lo que algunos interpretan como un móvil moderno es, en verdad, un libro de oraciones, un objeto de devoción en el contexto del siglo XIX. Si se presta atención a los detalles y se entiende el contexto histórico, la imagen de la joven con su rosario y libro devocional revela mucho más sobre la religión y la vida cotidiana de la época que sobre posibles viajes en el tiempo.

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