Hombres maltratados por sus parejas y la técnica de un pintor sin brazos, en 'Imparables'

En España, la ley establece que el término violencia de género se utiliza exclusivamente para la atención a mujeres víctimas de maltrato por parte de un hombre. Al revés es considerado un caso de violencia doméstica, lo que supone legalmente una pena inferior. El informe sobre violencia doméstica del Consejo General del Poder Judicial correspondiente al año 2011 (a día de hoy no se ofrecen datos más recientes), un total de siete hombres murieron asesinados por sus parejas o ex parejas frente a las 62 mujeres en ese mismo periodo. La falta de apoyos jurídicos, los problemas de credibilidad o el miedo al ridículo, son algunos de los factores que hacen que el varón no denuncie estas situaciones.

En 'Imparables', como hemos comentado, vamos a abordar casos de hombres maltratados por sus parejas, y que se pese a ser víctimas, se han llevado la peor parte. Pablo lleva años viviendo un calvario. En múltiples ocasiones su mujer le ha denunciado por malos tratos, cuando las agresiones fueron en sentido contrario. No sabe nada de su hija desde hace seis años, cuando concedieron a su expareja la custodia.

Todo comenzó en el año 2013: “Llegué a un acuerdo verbal con mi mujer hasta que hubiera sentencia firme por el cual cada dos fines de semana yo estaría con mi hija. Desde el principio no cumplió con lo acordado. Durante varios fines de semana, iba a recoger a mi hija a la casa donde vivían las dos, pero para mi sorpresa nunca estaban. Un día, me comentaron que estaban en un bar cercano, escondiéndose de mí. En cuanto entré en el bar y las vi, mi hija lo primero que me preguntó fue por qué llevaba tanto tiempo sin venir a verla. Enseguida ella comprendió que su madre la estaba engañando, y me dio un abrazo. Aquello sentó tan mal a la madre, que me agredió con varios puñetazos en el pecho.”

Por su parte, Jesús ha sido víctima de malos tratos por parte de su expareja, que siempre se cometían delante de los tres hijos que nacieron del matrimonio. El propio Jesús grabó con su móvil dos de estas agresiones físicas y psicológicas que sufrió. Unos vídeos que acompañaban a la correspondiente denuncia, por las cuales su esposa fue condenada primero a diez meses de prisión por agresión, mientras que en la segunda fue condenada a seis meses de cárcel por quebrantamiento de condena e injurias. Pese a todo, no ingresó entre rejas. Algo que ha sorprendido al propio Jesús: “Yo no pedí que la condenaran a prisión, pero a la hora de ejecutar la condena fue vergonzoso que desestimaran su ingreso bajo el pretexto de que era la primera vez que delinquía, alegando además que se había arrepentido y reparado los daños causados, cuando era mentira.”

César y su exmujer fueron condenados por violencia de género: “La relación al principio no era mala. No existían los gritos ni situaciones violentas. Pero la relación se fue deteriorando, y nos distanciamos. Cada uno tomamos nuestro camino.” Al cabo de unos días, llegaron los problemas: “Mi mujer me preguntaba cuándo iba a abandonar la casa, y le dije que primero tenía que arreglar algunos asuntos y encontrar un alojamiento.” Días más tarde, César permanecía en el domicilio, por lo que su mujer tomó medidas: “Comenzó a increparme y a agredirme. Yo solo me defendí, pero nunca le hice nada. Me pegó en la cara, me trataba de morder... hubo un momento en el que le cogí de las muñecas para que se tranquilizara. Mis dos hijos dormían.”

En medio de la discusión, la hoy expareja de César llamó a la policía: “Como me había amenazado anteriormente varias veces, avisé a mi hija para que estuviera de testigo. Mi mujer, al comprobar que estaba tranquilo vistiéndome, se marchó de la habitación en la que estábamos. Veinte segundos más tarde, regresó con la cara morada. Se había autolesionado.”

La técnica de pincelado que emplea un joven pintor que no puede utilizar sus brazos

Lorenzo Higueras es un joven conquense que, con apenas 19 años, ya ha logrado exponer sus cuadros. Lo hizo recientemente en Cuenca, donde el protagonista es su recreación sobre Las Turbas, que es el nombre popular con el que se conoce a la procesión Camino del Calvario, que se celebra el Viernes Santo en esta ciudad manchega.

Para Lorenzo, la pintura no deja de ser un hobby, una pasión, ya que tal y como nos ha confesado, su verdadera vocación es la de ser juez. Pero lo que realmente hace imparable a este chico es su estilo a la hora de hacer uso de la paleta y el pincel... con la boca. Y es que nuestro protagonista padece de nacimiento una artrogriposis múltiple congénita. Para entendernos, las articulaciones de sus brazos están atrofiadas: “Es una enfermedad congénita, irreversible. Las articulaciones apenas puedo moverlas, y eso hace que nunca se desarrolle el músculo, por lo que la movilidad es muy reducida.”

Madrid -

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