TENIS
El calvario que revela Juan Martín del Potro tras rendirse al uso de una prótesis: "Quiero vivir sin dolor"
El extenista argentino confesó en una entrevista la terrible situación por la que atraviesa, en la que el dolor marca su día a día
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Juan Martín del Potro se retiró del tenis profesional el pasado mes de febrero porque no podía más.
El extenista argentino se ha expresado a corazón abierto para confesar el calvario en el que se ha convertido su día a día de un tiempo a esta parte como consecuencia del dolor.
El declive comienza cuando se opera de la rodilla por quinta vez en Suiza y Del Potro prefiere la soledad, el no contar nada, ocultar la evolución de su lesión... "Preferí seguir en secreto", reveló.
Luego voló a Estados Unidos, donde siguió con la cirugía, las inyecciones, los experimentos con los tendones y demás órganos para bloquear el dolor... Sin el éxito esperado. La ilusión por volver a una pista comienza a desvanecerse porque el cuerpo deja de estar preparado.
El argentino confiesa que ya, desde su primera operación, en 2019, "no puedo subir una escalera sin dolor".
"Me duele muchas veces para dormir, cuando me giro de lado o me despierto porque me pegan unos pinchazos que que son muy feos. Viene siendo como una pesadilla sin final" para la que no funciona nada.
Cada vez le fue más difícil ocultar todo su dolor y mantenerse como si nada malo hubiera pasado. El dolor físico comenzó a ser también "emocional", cuando una a una, hasta las ocho operaciones a las que fue sometido, sintió poder volver a sentirse bien, pero nada de eso sucedía: "Yo gritando, saltando por las camillas, sufriendo ese dolor para que todo funcionara. Pero me sigue doliendo, así una detrás de otra".
SU CONFESIÓN MÁS DESGARRADORA
El momento más duro de esa confesión viene cuando Del Potro se hace tantas preguntas sobre lo que le ha tocado vivir y cómo la única solución que tiene ahora por delante es la de vivir con una prótesis pese a todo a lo que tendrá que renunciar: "Me dicen que el problema es psicológico, pero no puede ser. No sé por qué estoy metido en esto, a veces no lo soporto más. Es terrible y no sé cuándo va a terminar, porque tengo ahora tengo otra otra gran pelea con el médico que me dice: ‘Ponte una prótesis y deja de joder’. Yo muchas veces digo, bueno vale, ¿qué me garantiza la prótesis? Dicen que tendré calidad de vida. Vale, perfecto, es lo que busco, yo ya no busco más correr o jugar al tenis con mis amigos, pero después viene otro médico y te dice: ‘No le hagas caso, eres muy joven para la prótesis, espérate a los 50 años’."
"Yo desde los 31 que no corro, no subo una escalera, no puedo patear una pelota, no jugué nunca más al tenis. ¿Me quedo 15 años más de mi vida así para que a los 50 me pongan la prótesis y vivir más o menos bien a los 60? Entonces ahora me meto en esta discusión y también es terrible, porque estos son los escenarios y tengo que definirlos yo. ¿Por qué tengo que tomar yo esa decisión si el médico eres tú? Ahora estoy metido en eso y ojalá algún día se acabe, porque quiero vivir sin dolor", finalizó.