Juicio Luis Rubiales

Irene Paredes pidió que cesaran las bromas sobre el beso y una amiga de Jenni relata las presiones que habría sufrido

Irene Paredes, Laia Codina, Alexia Putellas y una amiga de Jenni Hermoso hablaron este jueves de cómo fue el viaje de vuelta a España y las vacaciones en Ibiza en las que la jugadora sufrió presiones.

EFE

Alexia Putellas, doble Balón de Oro, ha prestado declaración este jueves en los juzgados.

Agencia EFE

Publicado el

9 min lectura

Alexia Putellas ha asegurado que cuando volvían a España de ganar el Mundial vio a Jennifer Hermoso "muy agobiada" e incluso llorando porque no "la dejaban en paz" para que quitara importancia al beso de Luis Rubiales, y que en Ibiza también lloró varias veces y le llegó a decir: "No sé qué hago aquí".

La internacional ha declarado como testigo por videoconferencia desde Barcelona en esta cuarta jornada del juicio. A preguntas de la fiscal Marta Durántez, ha relatado que ella no vio el momento del beso en la boca que le dio Rubiales a su compañera, pero que poco después la propia Jenni Hermoso le comentó: "Tía, me acaba de dar un beso Rubiales", a lo que Putellas, en plena "euforia", no le dio importancia y le dijo: "Anda, calla".

Sin embargo en ese instante, ha recordado, ya "su cara era un poco rara", aunque no volvió a hablar con ella del tema hasta que en el autobús sus compañeras empezaron a hacer cánticos sobre el beso y su compañera Irene Paredes les pidió que no hicieran bromas porque había sido "grave", a lo que ella le respondió que no pasaba nada.

Hasta ese momento, según ha explicado, Putellas pensaba que se había tratado de un beso "fortuito" y que habían "encajado" sus labios de forma casual al darse dos besos. Jenni le insistió entonces que se trataba de algo "muy fuerte", "¿no lo has visto?", le espetó, y le enseñó el vídeo del beso a la vez que le decía: "No sé cómo se le ha pasado por la cabeza lo de darme un beso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?".

En ese trayecto al aeropuerto, también observó que en un momento dado le hicieron bajar del autobús, aunque no supo quién se lo dijo, y ya en la terminal del aeropuerto apreció que estaba "muy agobiada, que no la dejaban, que no paraban", en alusión a las presiones a las que ya la estaban sometiendo para que públicamente quitara importancia a lo ocurrido.

EFE

El exdirector de Comunicación de la RFEF califica a Jenni Hermoso de "muy influenciable y bastante manipulable"

En ese momento, ha explicado, a diferencia del autobús donde aún estaba "alucinando" por lo sucedido, en la terminal ya "estaba enfadada, agotada", pero Putellas y sus compañeras le insistieron en que se olvidara de eso y que disfrutara del triunfo, que lo celebrara, pero "ella ya no estaba". "La última vez que llora de agotamiento", ha proseguido, fue en el avión, cuando Rubiales le pide a Hermoso hablar.

Al volver, ha proseguido Putellas, les explica a sus compañeras que Rubiales no paraba de relatarle los hechos "como si ella no lo hubiera vivido en primera persona" y que quería que explicase que había consentimiento, a lo que Hermoso le respondió que no hacía falta que le relataran los hechos, que lo había vivido y que la dejaran en paz.

Putellas ha relatado también que el ambiente en el avión era "un poco extraño", que no era de celebración del Mundial, que vio muchas reuniones donde estaba el presidente y que llegó a escuchar cosas como "esto mañana se filtra a la prensa" o movimientos "de agarrarse sus partes", en alusión a lo que había ocurrido con Rubiales en el palco con la reina y la infanta Sofía.

EFE

El exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda, a su llegada a la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares

Tras nombrar la testigo a las personas que estaban con el presidente en el avión, entre ellos el exseleccionador femenino Jorge Vilda, uno de los acusados, la fiscal le ha preguntado si también estaba el seleccionador masculino, Luis de la Fuente, cuyo testimonio en el juicio fue cuestionado por Durántez.

"Diría que no", ha respondido la futbolista, momento en el que ha intervenido el juez de lo Penal José Manuel Fernández-Prieto, que juzga estos hechos, para advertirle que ya había señalado "hasta la saciedad" que en este acto, dijo, "no estamos haciendo una instrucción, no estamos investigando". "Estamos probando hechos, no estamos acusando a gente que no está".

Tras esta interrupción, Putellas ha seguido con su testimonio que se ha situado ya en el viaje a Ibiza con el que la federación obsequió a las jugadoras. Ha señalado que ahí Hermoso seguía agobiada y aunque sus compañeras intentaron que estuviera alegre, en un momento dado ella le dijo: "No sé qué hago aquí", a lo que Putellas para calmarla le respondió: "Celebrar que somos campeonas del mundo".

EFE

Las futbolistas Alexia Putellas e Irene Paredes a su salida este jueves de los juzgados.

Pese a ello, ella se puso a llorar y decía que no podía más, y ya en el pasacalles que le hicieron en Ibiza a las juzgadoras la volvió a ver llorar e "incluso se puso las gafas de sol". Respecto a si le sorprendió que tras lo ocurrido no la convocaran para jugar con la selección, Putellas ha afirmado que no le pareció del todo correcto, y que, aunque la seleccionadora Montse Tomé dijo que era para protegerla del acoso mediático, "era algo que ella no había provocado. Privarla de hacer su trabajo era algo injusto", ha lamentado.

irene paredes y laia codina

Ninguna de las jugadoras, según han explicado, presenció el beso -incluso Irene Paredes entendió en un primer momento que se lo había dado la reina sin querer-, pero después han manifestado que fueron siendo conscientes de la situación, a medida que pasaban las horas tras el triunfo y que su compañera le explicaba lo sucedido.

Incluso Irene Paredes -que, como Putellas, ha declarado por videoconferencia desde Barcelona- llegó a pedir no bromear del asunto en el autobús de camino al aeropuerto porque "puede ser algo muy grave". "Lo primero que dice ella es: '¿Qué hago? Me ha besado. ¿Qué hago yo?'", ha explicado la también jugadora del Arsenal Laia Codina, sobre lo que le transmitió Jenni Hermoso en el vestuario, tras el partido.

EFE

Laia Codina presta declaración en el juicio contra el expresidente de la RFEF Luis Rubiales.

Laia Codina y Irene Paredes han relatado dos momentos personales con Rubiales en el avión: la primera coincidió con él y con Jenni Hermoso y Rubiales les comentó que sus hijas lo estaban pasando mal y que una mujer "que estaba conociendo" le había dicho que el beso le daba igual, "como quitando importancia" a lo ocurrido.

Paredes, por su parte, ha recordado cuando se cruzó con él y le comentó: "Es increíble, me están tachando de violador". "Creo que es magnificar las cosas, pero sinceramente a mi no me pareció bien lo que pasó", le contestó ella. También Paredes ha confirmado que vio cómo su entonces entrenador, Jorge Vilda, se acercó a hablar con el hermano de Jenni Hermoso en el vuelo, y que la capitana, Ivana Andrés, les contó que también le habían pedido hacer un vídeo, y se negó.

La amiga de jenni hermoso

Ana Belén Ecube, la amiga que acompañó a Jenni Hermoso en el viaje a Ibiza, ha relatado las presiones del exdirector deportivo de la Selección masculina Albert Luque para que la futbolista ayudara a Luis Rubiales frente a las críticas que estaba recibiendo por el beso que le dio en la boca. "La situación le superaba", ha destacado la testigo sobre el estado anímico en el que vio a su amiga en Ibiza.

EFE

Jenni Hermoso

"Era una montaña rusa de emociones. Intentaba disfrutar del viaje, luego era consciente de lo que había pasado y estaba triste y cabizbaja. No era ella", ha afirmado. Tras llegar a Ibiza, ha relatado, fueron a comer y Rivera se acercó a la jugadora para decirle que la estaban llamando y que tenía el teléfono apagado, y al responderle que no tenía batería, se ofreció a cargárselo, pero ella le respondió que no hacía falta y que ya lo haría al subir a la habitación.

Sin embargo, él siguió insistiendo y ella finalmente aceptó, tras lo que recibió una llamada, al parecer de Caba, si bien ha dicho que no sabe de qué teléfono, y ella respondió que no quería participar. "Ella estaba agotada anímicamente y físicamente", ha reiterado la amiga de Hermoso al explicar que, tras subir a la habitación, ella rechazó ir con los familiares a comprar ropa para quedarse a descansar. "Me dijo: 'no puedo más'. Era agotamiento psicológico".

Rivera le siguió insistiendo entonces a la testigo con que quería hablar con Hermoso y ahí ya se dio cuenta de que sus intenciones no eran las de ayudar en su estancia en Ibiza sino "incomodar a mi amiga". Al volver, ha proseguido, fueron al hotel y, cuando estaban en las hamacas, volvió a insistir a Hermoso y le pedía que por favor contestara a las llamadas que le estaba haciendo Albert Luque, pero ella le pidió por favor que le dejara descansar y al irse él, se echó a llorar porque, según su amiga, "la situación le superaba".

EFE

El acusado Albert Luque, exdirector de la Selección masculina.

Aún así, la insistencia de Rivera "no cesó" y, finalmente, Hermoso optó por ponerle un mensaje a Luque advirtiéndole de que "no iba a hablar con nadie, que lo entendiera, que necesitaba su espacio", ha expuesto Ecube. Hasta entonces Rivera era el único representante de la federación al que habían visto en Ibiza, pero más tarde éste llamó para que Jenni bajase al 'hall' del hotel a hablar con Luque.

La jugadora no quiso, pero su amiga se prestó a hacerlo para que dejaran de molestarla. Y es que, ha lamentado, no la estaban dejando disfrutar. "Estaba cabizbaja, casi no hablaba", ha recordado Ecube, al señalar que Hermoso es una persona alegre, "y no estaba bien". Bajó ella entonces cuando llegó a donde estaba Luque, éste le preguntó si no iba a bajar Jenni, a lo que le contestó que estaba "cansada".

Luque le dijo que no venía en nombre de la federación, sino como amigo, por lo que ella le dijo que si de verdad lo fuera tenía que entender que "necesitaba su tiempo" y que debía "respetar su espacio". Le espetó, además, que se encontraba en esa situación por "vuestra culpa" y le recriminó que si Rubiales en el comunicado que hizo hubiese pedido perdón, habría "bajado la intensidad", mientras que, por el contrario, "la estáis presionando". 

EFE

Rubiales, junto a su abogada durante una de las sesiones del juicio.

Él le insistió: "Si nos ayudáis ya sabes que Rubiales devuelve muy bien los favores y no os va a faltar trabajo ni a ti ni a Jenni". Antes de despedirse, ella aceptó intercambiar con él su teléfono tras proponerle quedar a desayunar al día siguiente y así poder ver a Hermoso en persona, "pero esas no eran sus intenciones", ha observado.

Por su parte, ha asegurado que tampoco tenía intención de hablarle o escribirle, pero que accedió "para ganar tiempo" antes de volver a Madrid porque "en Ibiza el ambiente era bastante hostil". En ese momento, la fiscal ha pedido que se exhibieran los mensajes que Luque le mandó posteriormente a la amiga de Hermoso.

"Me parece tan injusto, tan injusto lo que se le está haciendo a Luis, me parece de tanta bajez(a) humana la actitud de Jenni...tan poca empatía y humanidad...un simple gesto quitarle a una persona un marrón más grande d su vida", decía en uno de esos WhatsApp. Unos mensajes "muy duros" que no le mostró a Hermoso hasta cuando Rubiales anunció que no iba a dimitir porque ahí constató que "nadie la iba a defender". Entendió que Hermoso "estaba sola". Y es que, ha enfatizado, "ni siquiera el psicólogo, el salvaguarda, movió un dedo por la víctima".

Temas relacionados