TIEMPO DE JUEGO
Paco González 'flipa' con la nueva 'marcianada' de Pogacar: "Tadej, de mi vida"
El director de Tiempo de Juego alucinó con la nueva actuación del esloveno, que se llevó la victoria en el Mundial de ciclismo con un ataque a 100km de meta.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El ciclista esloveno Tadej Pogacar ha completado una nueva hazaña en el Mundial de ciclismo celebrado este domingo al conquista la victoria después de atacar a 100 kilómetros de meta, y completando los 51 últimos completamente solo
El esloveno entró en solitario en la meta de Zurich, para sumar una nueva victoria más para su palmarés. Enric Mas fue el mejor español y terminó 8º en un grupo donde estuvo la lucha por las medallas. El segundo en la meta fue Ben O' Connor y el bronce para Mathieu van der Poel.
ATAQUE LEJANO
Lo que no entraba en ningún cálculo, ni en el de los más optimistas, era que Tadej Pogacar lo intentara cuando faltaban más de 100 kilómetros para llegar a la meta.
Ni Evenepoel ni van der Poel ni ninguno otro de los aspirantes se movieron. El monstruo esloveno no lo dudó.
A 100 km de meta, conocedor de que su equipo no sería capaz de mantener el pulso con la todopoderosa selección belga, se mostró dispuesto a buscar la victoria en solitario.
Era Pogacar contra el mundo, encarnado en esos momentos por el equipo de Bélgica, que puso a todos sus efectivos a trabajar. Poco a poco se sumaron otros como los neerlandeses ¿Aguantaría el esloveno? Esa era la duda a despejar, pero en muy poco tiempo había alcanzado la barrera del minuto.
Eslovenia quemó el único efectivo que tenía para mantener a su líder al frente, sin importarle los catorce corredores de otros combinados que le acompañaban. Jan Tratnik se dejó hasta el último gramo de sus fuerzas para mantener la ventaja para 'Pogi'.
Tras un breve respiro, volvió a acelerar a 78 km de meta y se quedó solo. Tuvo alguna duda de si seguir en solitario o quedarse con algún acompañante y lo encontró en el francés Pavel Sivakov, que era rival, pero también compañero de equipo. Los intereses empezaban a difuminarse.
INCREÍBLE PALMARÉS
Pogacar lucirá el maillot arcoíris la próxima temporada, y esta gran victoria se une a los tres Tour de Francia que ha conquistado, el último este año. Este año también conquistó el triunfo final en el Giro de Italia.
A esas grandes victorias, hay que sumarle sus dos Liejas, tres Giro de Lombardia, triunfo en Flandes, dos victorias finales en Strade Bianche, otra en Amstel, en la Flecha Valona, en la París Niza, dos en la Tirreno Adriático, otras dos en el UAE Tour, más las generales de la Volta a Catalunya y en California. Un total de 86 victorias como profesional para un ciclista de época.
Exhibición para igualar a Merckx y Roche
Semejante exhibición le permitió igualar la gesta de Eddy Merckx en 1974 y de Stephen Roche en 1988, cuando ambos ganaron Giro de Italia, Tour de Francia y Mundial, pero ninguno sumó además un 'monumento'. Pogacar lo hizo con la Lieja-Bastoña-Lieja.
El resto estuvo muy lejos de acercarse al nivel que mostró Pogacar, que convirtió un recorrido muy duro en un puro monólogo. Ni el belga Remco Evenepoel ni Mathieu van der Poel, los otros grandes favoritos y los dos últimos campeones, fueron capaces de poner en entredicho la portentosa actuación de su rival.
TIEMPO DE JUEGO
El equipo de Tiempo de Juego, con Quique Iglesias como enviado especial a tierras suizas, fue testigo de la nueva hazaña del esloveno, que dejó sin palabras a Paco González durante la retransmisión de los últimos metros de la prueba.
"Imitando a Camacho, Tadej de mi vida", comenzaba Paco a la vez que aseguraba que esta victoria de Pogacar era una "barbaridad, algo histórico".
"Flipo con este corredor. Los que tenemos una edad hemos vivido el imperio de Amstrong, Induráin, Hinault...pero esto...", se quedaba sin palabras Paco al analizar el triunfo del esloveno.
"No he visto nada igual, ya se me caía la baba con Contador cuando atacaba a 20-30 kilómetros de meta", indicaba el director del programa líder de la radio deportiva española que confesaba que a él no le importa cuánto gana, sino cómo lo gana.