El Papa de los presos: el Jueves Santo lavará los pies a 12 presos

Francisco señala que la reinserción “no comienza en la prisión", sino "en las calles de la ciudad”.

El Papa de los presos: el Jueves Santo lavará los pies a 12 presos

Eva Fernández Huéscar

Roma - Publicado el - Actualizado

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Hay una conexión íntima y estrecha entre el Papa Francisco y las personas que cumplen condenas en la cárcel. No puede evitar conmoverse cada vez que entra en una prisión o tiene la oportunidad de conversar con los reclusos. A nadie sorprende que haya querido celebrar de nuevo los oficios del Jueves Santo no en San Pedro sino en el centro penitenciario Regina Coeli de Roma, donde realizará la ceremonia del lavatorio de los pies a 12 presos de esa cárcel

El Papa desea pasarse también por la enfermería para visitar a los presos que tienen problemas de salud y después mantendrá un encuentro con algunos de los reclusos de una de las secciones de la prisión. La prisión Regina Coeli, una de las más conocidas de Roma, se encuentra muy cerca del Vaticano y era un antiguo convento que se construyó en 1654. A final del siglo XIX el convento se convirtió en penal, como sucedió con otras construcciones religiosas coincidiendo con la unificación de Italia. En la actualidad muchas cárceles del país se localizan en edificios históricos: antiguos monasterios y ciudadelas.

No es la primera vez que Francisco comparte la jornada del Jueves Santo con los presos. El año pasado estuvo en la prisión de Paliano, a unos 70 kilómetros de Roma. Normalmente apenas nos llegan imágenes de estas visitas porque el Papa desea expresamente que se conviertan en un encuentro privado para proteger la intimidad de los detenidos. En el año 2016, el Papa Francisco, aunque no fue a una cárcel, sí que quiso lavar los pies de 12 refugiados de la localidad de Castelnuovo di Porto, a las afueras de Roma.

¿POR QUÉ ELLOS Y NO YO?

Hemos escuchado al Papa en distintas ocasiones que cada vez que visita una cárcel o se encuentra con presos suele formularse esta misma pregunta: ¿Por qué ellos y yo no? “¿merezco yo más que un preso para no estar allí?, ¿por qué él ha caído y yo no? Es un misterio que me acerca a ellos”.

En su viaje a México, el Papa Francisco celebró el Jubileo de la Misericordia con 700 presos del Centro de Readaptación Social estatal número 3 en Ciudad Juárez, donde se encuentran encarceladas 3.000 personas: “Cuando entro en una cárcel, me pregunto: ¿Por qué ellos y no yo? “No hablo con el dedo parado, sino desde la experiencia de pastor…quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”

En sus numerosos encuentros con presos o en las visitas a las cárceles, el Papa ha repetido que la reinserción “no comienza acá en estas paredes, sino que comienza antes, comienza “afuera”, en las calles de la ciudad”.

LLAMA A PRESOS DE BUENOS AIRES 

El propio Papa Francisco desveló esta costumbre en un discurso a los capellanes de las prisiones italianas, a quienes pidió que ayudaran a los presos para que no se «desanimen, a que no se encierren en sí mismos, porque el Señor está cerca de ellos, no se queda fuera de las cárceles, sino que está dentro de sus celdas”… “Ninguna celda está tan aislada como para excluir al Señor, su amor paterno y materno llega a todos los lados”

En esta ocasión el Papa se refirió a las cartas que recibe de presos a los que solía visitar siendo arzobispo de Buenos Aires. «Y desde aquí -contó-, cada vez que llamo a alguno de aquéllos de Buenos Aires que conozco, que están en la cárcel, un domingo, y tengo una charla, después, cuando termino, pienso: ¿Por qué él está allí y yo no, que tengo tantos y más méritos que él para estar allí? Y esto me hace bien.

Una de las primeras cárceles que visitó en sus viajes internacionales fue la de Santa Cruz-Palmasola en Bolivia. A las 4.000 personas que vivían hacinadas en la prisión más violenta del país les dijo: “No tengo mucho más para darles u ofrecerles, pero lo que tengo y lo que amo, sí quiero dárselos, sí quiero compartirlo:

Jesucristo, la misericordia del Padre” “¿Quién está ante ustedes? ….El que está ante ustedes es un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados. Y así es como me presento”

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