La importancia que tiene el ayuno para los católicos durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma
Este ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. ¿Conoces su sentido?
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El ayuno requiere que el católico desde los 18 y hasta los 59 años reduzca la cantidad de comida usual. Este ayuno es obligatorio el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. El ayuno se rompe si se come entre comidas o se consume algún líquido considerado como nutritivo (especialmente batidos, pero no leche). Las bebidas alcohólicas no rompen el ayuno, aunque no parecen compatibles con el espíritu de la penitencia.
Esta renuncia tiene su sentido y hay que entenderlo para vivirlo correctamente. Lo importante es asumir que este acto se realiza como penitencia, y para acercarse más al tiempo que estamos viviendo como es la fiesta más importante para los católicos: la Pasión y la Resurrección de Jesús.
Aparte de estos requisitos mínimos penitenciales, los católicos son motivados a imponerse algunas penitencias personales a sí mismos en ciertas ocasiones. Pueden ser modeladas basadas en la penitencia y el ayuno. Por lo que, al igual que uno puede aumentar el número de días de la abstención, también podría hacer más ayuno que el requerido.
¿Por qué hablamos sobre el ayuno?
En este momento quizá nos vienen a la mente las palabras con que Jesús respondió a los discípulos de Juan Bautista cuando le preguntaban: “¿Cómo es que tus discípulos no ayunan?” Jesús les contestó: “¿Por ventura pueden los compañeros del novio llorar mientras está el novio con ellos? Pero vendrán días en que les será arrebatado el esposo, y entonces ayunarán” (Mt 9,15).
De hecho, el tiempo de Cuaresma nos recuerda que el esposo nos ha sido arrebatado. El ayuno en el tiempo de Cuaresma es la expresión de nuestra solidaridad con Cristo. Tal ha sido el significado de la Cuaresma a través de los siglos, y así permanece hoy: “Mi amor está crucificado y no existe en mí más el fuego que desea las cosas materiales”, como escribía el obispo de Antioquia, Ignacio, en la Carta a los romanos (Ign. Antioq., Ad Romanos VII 2).
El Papa Francisco pide ayunar de lo que estorba para abrir el corazón a Dios
El Papa Francisco pidió ayunar el año pasado liberando “de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones -verdaderas o falsas- y de los productos de consumo”, para así poder abrir el corazón a Dios. Así lo escribió el Santo Padre en su mensaje para la Cuaresma 2021 titulado: “Miren, estamos subiendo a Jerusalén... (Mt 20,18). Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad”. “La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle ‘poner su morada’ en nosotros”, dijo el Papa.
En esta línea, “ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones -verdaderas o falsas- y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero ‘lleno de gracia y de verdad’: el Hijo de Dios Salvador”, advirtió.
Además, el Santo Padre subrayó que “el ayuno vivido como experiencia de privación, para quienes lo viven con sencillez de corazón lleva a descubrir de nuevo el don de Dios y a comprender nuestra realidad de criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento”.