“Buscar la excelencia un reto para las buenas personas”
Me gustaría pensar que vivimos en un mundo que busca la excelencia, el bien hacer, el trabajo bien hecho.
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Un mundo lleno de personas que, cada uno desde su atalaya, busca ser mejor profesional, mejor ser humano, ética y profesionalmente.
Soy optimista por naturaleza y vida, … Y lo que observo me hace dudar de si esto será así… a veces , pienso si no hemos empezado a transitar por ese camino que hace que nos valga casi todo…..
Quisiera pensar que los que creemos en el Evangelio intentamos seguir ese ejemplo de humildad, servicio bien hecho, sinceridad, ética, conciencia, verdad…en fin toda las cualidades que mueven a que una persona pase por su vida y por el mundo siendo “una excelente persona”… porque buscó que no valiera cualquier cosa.
A los que tenemos el inmenso privilegio de compatibilizar nuestra vida profesional con la sensación gratificante de pensar que”hacemos algo por los demás”, que todos lo hacemos, cuando nos preguntan por qué nos complicamos la vida con lo fácil que es dar me lleva a ponerme ante mi motivación, mi manera de andar por la vida y de buscar lo mejor que pueda hacer cada día, en definitiva con mucha humildad de sentir y examinarme de si soy capaz de buscar la excelencia en lo que tengo confiado…..
Es mi humilde caso pero es el que conozco, porque no se trata únicamente de dar cosas, sino de intentar construir y reconstruir la vida de las personas que nos confían la suya.
Juntos reconstruimos la de ambos, nos enseñan cada día ,que las personas necesitamos TENER, pero también necesitamos ESTAR, necesitamos SER reconocidos, DESARROLLAR nuestras capacidades, necesitamos (tenemos derecho a) «importarle» a alguien y que ese alguien confíe en que somos capaces de mejorar nuestra realidad, nuestra vida y la de los que nos rodean…
Todas ellas cuestiones que requieren un elevado nivel de formación o capacitación técnica, «la buena voluntad es imprescindible… pero no siempre es suficiente».
De la misma forma que deberíamos tener claro que «para los que menos tienen, lo mejor», y que nuestra apuesta por aquellos que no son considerados rentables, es para nosotros firme y debe ser excelente en todo.
Precisamente porque acompañamos a personas que se encuentran en situaciones especialmente difíciles, nos debemos exigir contar con los mejores medios técnicos, con espacios de calidad, con profesionales cualificados y motivados, con metodologías innovadoras…
Hace poco en una charla en un curso de directivos hablábamos de “la caja de herramientas” que había que ir creando para mejorar nuestra aportación personal a este maravilloso trabajo , y propuse incluir alguna de las herramientas que considero necesarias: y que me habían sugerido los más importantes, de los que aprendo cada día y son la esencia de nuestro trabajo:
Una buena dosis de inconsciencia, de esperanza, de ilusión, de miedo, de ganas de aprender, de preguntas a veces sin respuesta, de si “seré capaz”, de ganas de moverme, de hacer mucho más y el sentimiento continúo que tengo que aprender de otros y porque no …., leyendo a nuestro magnífico psiquiatra Enrique Rojas, quiero incluir en “esa caja de herramientas” una buena dosis de, lo que él llama, “ansiedad positiva”, que no es más que aquel estado psicológico que te hace tener inquietudes buenas, de mejorar, de ir a más , de avanzar en facetas concretas de la vida, de esa maravillosa existencia que nos ha tocado vivir, y que requiere también enormes dosis de esfuerzo, disciplina, voluntad, tenacidad y por qué no, optimismo, mucho optimismo….
Decía Don Quiote que “se puede ser camino y posada”.
La ansiedad positiva hace que no volemos pegados a la tierra como un pájaro normal, sino como el águila subiendo alto por encima de las montañas, de las nubes, del mundo que nos rodea. Seamos pues camino y posada.
Me gustaría ser capaz en ese examen, para mi trascendental, de cómo es mi excelencia, que la nota fuera que, seguro, no la alcanzo pero que no me canso de buscarla.
Ojala fuéramos también capaces de pedirnos unos a otros, a nuestros políticos, profesionales, amigos, familias ….la excelencia de corazón….. eso arreglaría muchas cosas, creo yo …, por si acaso me encuentro por suerte para mí a alguno de vds. en este camino juntos, no dejen nunca de exigirme mi humildad y mi busca de excelencia porque he tenido más suerte en esta vida y por lo tanto mucha más responsabilidad en devolver lo que me ha dado.