La historia de la mujer policía que dejó la placa en Medjugorje para ser misionera

Ilenia tiene 26 años. Es una joven italiana que desde pequeña ha sentido la llamada a defender al prójimo velando por la justica. Por eso decidió hacerse policía. Portaba un arma cuando conoció a las Misioneras de la Divina Revelación. Este encuentro cambió por completo su vida.

Desde pequeña ha querido defender la justicia y proteger al prójimo

Ilenia, siempre ha tenido una fe profunda. Por ello a su familia no le parece extraño que su vida cambiara drásticamente. Hace poco contó su testimonio en la web de las Misioneras: "Para mí era muy importante que el bien triunfara sobre el mal y para esto quería dar voz a lo último, es decir, a aquellos que sufrieron injusticias y no pudieron defenderse”.

Quería ingresar en las fuerzas armadas. Por ello, cuando terminó el instituto comenzó a practicar artes marciales, faceta que considera esencial, tanto para ella como para cualquier persona.Trabajó duramente para entrar en el ejército y decidió entrar en los Carabinieri -la policía italiana-: “Para mí, el Carabiniere era y sigue siendo, una forma de ser y vivir en contacto con las personas, creyendo en valores profundos, por los cuales uno está dispuesto a sacrificar la vida, siempre en servicio silencioso: la defensa del Estado, de la gente, de los más débiles, porque triunfa la justicia”.

Ya como Carabinieri fue destinada a Caltanissetta, Sicilia. Allí defendió y protegió al prójimo en muchas situaciones y necesidades de emergencia. A diario, cuando no estaba trabajando, acudía a la parroquia para orar. También estuvo viajando por toda la isla, visitando monasterios, iglesias y ermitas. Pero, sobretodo, trabajó con empeño y seriedad para proteger al prójimo, siempre siguiendo el ejemplo de la Virgen María: “Mi modelo era la Patrona de los Carabinieri, la Virgo fidelis , la mujer fiel absoluta,por su ejemplo de vida humilde y servicial, así que quería ser por el bien de la Justicia y la Verdad...Me dediqué a los últimos donde la misión me llevó junto con mis valientes colegas. ”.

Cumplía, con devoción y profesionalidad, su misión en Caltanissetta y era muy feliz. Sin embargo, sentía que le faltaba algo por dentro, aunque no sabía el qué. Por ello decidió participar en una peregrinación mariana para comprenderlo. En junio de 2018 peregrinó a Medjugorje con un grupo de soldados y un sacerdote que había ejercido como capellán militar. En el aeropuerto de Fiumicino conoció a los Misioneros de la Revelación Divina.

Dejó la vida militar pero como Misionera sigue sirviendo al prójimo y defendiendo la justicia

Una tarde en Medjugorje, mientras rezaba el Rosario, sintió que Dios la estaba llamando, desde otro ángulo, a defender la justicia y servir al prójimo. Pero, sobretodo, estaba muy impactada por la serenidad y alegría que mostraban los Misionero de la Revelación Divinas: "Yo llevaba un arma y ellas la corona del Santo Rosario; yo llevaba un uniforme y ellas un hábito; yo había jurado lealtad a la Patria y ellos habían jurado lealtad al Señor a través de votos religiosos. Trabajé para defender la Ley del Estado con amor y ellos trabajaron en plenitud de vida para responder a la Ley escrita en el corazón: ¡la Ley del Amor!”.

De vuelta a Italia reflexionó sobre la diferencia real entre la vocación del Carabinere y la de los Misioneros de la Revelación Divina: “Me pareció que había realizado mi sueño, pero estaba empezando a comprender que no vivía en la totalidad lo que mi corazón deseaba. 

Descubrió que su vida militar había sido una preparación providencial para su verdadera vocación. Pero Dios quería que Ilenia aceptase Su proyecto, viviendo "una vida plena y completa en Su servicio, como lo vi en los Misioneros. Así que no me perdí algo, pero Alguien: ¡Jesucristo!...¡Seguiré sirviendo a los demás trayendo la belleza del Evangelio para ayudar a las personas a encontrar el Reino de Dios, ya en esta vida, y el Camino del Cielo”. Se dio cuenta de que su vocación estaba en formar parte de las Misioneras de la Divina Religión, cuyo lema es “Serviam” (¡Te serviré)".

Según Cari fiili, fue en entonces cuando decidió dejar el cuerpo de los Carabinieri para ingresar en un convento de Roma. El padre Enzo Genova, quien ha sido su director espiritual, dijo que: "Ilenia es una chica que había logrado todo lo que podía desear: un trabajo seguro, un salario fijo, portar el uniforme que ama. Pero el Señor quiso llamarla y espero que pueda comprender cuál es el plan de Dios. Al final, ella seguirá sirviendo a los demás”.