EN 'EL ESPEJO'

Este es el motivo que hace excepcional a la Primera Comunión de 245 niños en Bulgaria

El Papa les distribuyó el Sacramento de la Eucaristía en un acto sin precedentes siguiendo los pasos de un papa santo

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José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Ayer asistimos a un acto poco frecuente en las visitas papales, una Primera Comunión de cientos de niños. En El Espejo te contamos el trasfondo de este acto singular.

La Misa de Primera Comunión que celebró ayer el Papa en la ciudad búlgara de Rakovski es un acontecimiento excepcional en la historia de los viajes papales. Inicialmente se había previsto de otra manera, pero en el último momento Francisco decidió distribuir personalmente la Eucaristía bajo las dos especies a 245 niños provenientes de las tres diócesis de Bulgaria.

Francisco sigue la estela de San Pío X, que quiso bajar la edad de la Primera Comunión para dar cuanto antes la gracia sacramental a cada pequeño cristiano: el único requisito establecido era que los niños pudiesen distinguir la diferencia entre el Pan Eucarístico y el pan que comemos diariamente en nuestras mesas. Se trató de una apertura que confiaba de manera especial en la acción de la gracia, en la acción de Dios a través del Sacramento, más que en la preparación de los comulgantes.

A esto se refirió Francisco en 2016, en un diálogo con un grupo de jóvenes discapacitados, a los que explicó que hace más de cien años, la decisión del Papa Pío X de que los niños debían recibir la Comunión, provocó escándalo en algunos, que pensaban que un niño no puede entender. Sin embargo, explicó Francisco, el Papa sabía que los niños entienden de otra manera.

Ayer pudimos ver especialmente feliz al Papa Francisco en la iglesia de Rakovski inundada por el sol, y al final de la misa también por una cascada de pétalos blancos y amarillos. Quiso dialogar personalmente con los niños, fuera de programa, para decirles que Dios les necesita para realizar el milagro de que su alegría llegue a muchos de sus familiares y amigos, y explicarles cuál es nuestro documento de identidad como cristianos: "Dios es nuestro Padre, Jesús es nuestro Hermano, la Iglesia es nuestra familia, nosotros somos hermanos, nuestra ley es el amor". Y nuestro "apellido" es "cristianos".