El obispo nicaragüense más crítico con el gobierno se despide: seguirá la situación de su país junto al Papa
Mons. Baéz ha sido llamado por el Papa a El Vaticano. Se despidió del pueblo pidiéndole que mantengan la paz, la fe y la esperanza
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Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, ha sido llamado por el Papa a Roma durante un tiempo, una decisión que ha provocado numerosas conjeturas. Lo cierto es que Mons. Báez, uno de los obispos más críticos con la represión del régimen de Ortega, ha sido objeto de una campaña de calumnias y amenazas, que han llegado en alguna ocasión a la agresión física, y se barajaba la posibilidad de que existiese un plan para atentar contra su vida.
Antes de tomar el avión que le ha conducido a Roma, Silvio Báez ha confesado que deja Nicaragua con el corazón hecho pedazos pero decidido a seguir el camino que Dios le marca a través de la llamada del Papa Francisco. También aseguró que, durante su estancia en Roma, seguirá atento a los acontecimientos de su país y ofrecerá al Papa su visión de la realidad nicaragüense tantas veces como Francisco se lo pida.
Durante la celebración de la Vigilia Pascual en la parroquia del Santo Cristo de Esquipulas, Mons. Báez dijo que Nicaragua no puede ser una tumba, sino que debe ser una tierra de hombres y mujeres libres que aman la justicia y la libertad. Reconoció que el diálogo es la única salida pacífica para el país, pero advirtió también que el Gobierno de Ortega no quiere dialogar realmente. Durante su vibrante homilía, con sabor a despedida, proclamó que las libertades, la vida y la dignidad de las personas no se negocian, y pidió a sus compatriotas que mantengan su fe para que nadie les quite la esperanza ni les haga caer en la violencia.
Su último deseo, expresado momentos antes de subir al avión, ha sido que Nicaragua pueda estar fundada en la justicia social, de la que brota una paz verdadera, donde la pluralidad ideológica no sea un delito sino una riqueza.