El espectacular Cristo que causa gran devoción entre los aficionados a la montaña

En la cima del Monte Castellazzo, en Las Dolomitas, Italia, un Cristo de 2 toneladas recibe a los excursionistas con gesto pensativo y sus 1,80 metros 

El "Cristo Pensante" aguarda en la cima del Monte Castellazzo, en Las Dolomitas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las Dolomitas son un reto para todos los amantes del senderismo, la escalada, el trekking o la naturaleza en Italia. Esta cadena montañosa de 18 cumbres de alrededor de 3.000 metros de altura situada en el noreste de Italia ofrece, además, pueden ser una oportunidad de encontrarse con Dios. De hecho, Jesús espera sentado al lado de la Cruz a los alpinistas y aventureros que consiguen coronar el Monte Castellazzo, una cumbre de más de 2.300 metros de altura.

Cristo aguarda con una mano aguantando el mentón, coronado de espinas y a merced del aire de la sierra italiana. La pose de la estatua de 1,80 metros  de 2 toneladas de mármol blanco mira pensativa al que consiguie alcanzar la cumbre. Concretamente, ha intercambiado cerca de medio millón de miradas con las alrededor de 500.000 personas que han hecho la ruta desde 2009. La revista Credere cuenta cómo el montañero, guía y entrenador de alpinismo Pino Dellasega, de 64 años, se encontró con este curioso "Cristo pensante" y lo hizo Rey de Las Dolomitas. 

Un Cristo sentado de 25 centímetros

Dellasega es un gran aficionado a los deportes de la naturaleza. Fue en una de esas experienciasm en 1983, cuando lo vio, aunque a menor escala. Estaba en Polonia disputando unas carreras del Mundial de Orientación. Ya había quedado impresionado por la Virgen de Czestochowa, la más venerada del lugar. Le faltaba Jesús.  

"El 15 de agosto, después de haber estado en la Madonna Negra de Czestochowa, me intrigó una pequeña estatua de madera en un mercado de Varsovia: no tenía mucha fe, pero ese pensamiento de Cristo de 25 centímetros me atrajo como un imán", explica en una entrevista a la publicación italiana. 

Comenzó como un souvenir. De hecho, estuvo 25 años en la balda encima de la chimenea de casa del senderista.  Sin embargo, en otra caminata por el monte, en 2007, se dio cuenta de algo: existe una conexión entre Dios y la naturaleza

"Conocí a seis frailes franciscanos que regresaban al valle cantando. Poco después, me encontré con un hombre arrodillado en el prado: era musulmán y rezaba frente a La Meca. Me impresionó mucho: no podían ser encuentros casuales. De repente, me di cuenta de cómo la naturaleza podía ser el lugar adecuado para reflexionar, orar o simplemente dar gracias. Desde ese día mi vida ha cambiado".

¿Cómo se sube un Cristo de dos toneladas a un monte de más de 2.000 metros de altura? 

Así fue como se decidió. Cristo se volvió grande: de 25 centímetros a 180, de unos pocos gramos de peso a dos toneladas. ¿Cómo se sube uin Cristo tan grande a un monte de más de 2.000 metros de altura? 

"Para llevarlo a la cima, fue necesario contratar un helicóptero", explica en el reportaje. 

Lo que "dice" el "Cristo Pensante"

Él es el primero que reconoce que le ayuda poder encontrarse con Dios en plena naturaleza. Además, trata de desentrañar lo que dice, según el guía, la expresión de Jesús esculpida en piedra. Destaca que lo importante sigue siendo eso: Cristo, la Cruz y la persona.  

"Veo a Jesús que después de 2.000 años reflexiona sobre cómo va el mundo hoy. Algunos sacerdotes, por otro lado, interpretan la escultura como Cristo que, antes de ser crucificado, se pregunta si valdrá la pena. Todo el mundo puede pensar lo que quiera, lo importante es reflexionar sobre el hombre y sobre la cruz. Y agrego: cada vez que voy a pensar a Cristo , traigo diferentes pensamientos conmigo".

Uno de los detalles que acompañan al "Cristo Pensante" es el llamado "libro de la cumbre". Se trata de un cuaderno donde los visitantes pueden escribirle a Jesús. Tantos han sido los mensajes, que este libro se renueva varias veces cada año

"Me gustaría quedarme allí, más allá de mí, más allá de mi cuerpo, más allá de mi dolor, donde el alma y las alturas se unen en una sola respiración", "Dios mío, te perdí, te busqué, te encontré. Por favor ayúdame a no perderte más", "Al llegar antes que el grupo, pude hablar frente a la estatua con Jesús. Tenía ganas de acariciarlo, lo sentía como un hombre", son algunas de las reflexiones que están en sus páginas, según Credere.