Papa Francisco: La vida cristiana es obra de obediencia y de creatividad

Papa Francisco: La vida cristiana es obra de obediencia y de creatividad

Agencia SIC

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El papa Francisco recordó hoy como las Sagradas Escrituras son un tesoro inagotable. La vida cristiana es obra, al mismo tiempo, de obediencia y de creatividad. El Papa dedicó esta mañana la catequesis al tema de: "La Oración con las sagradas Escrituras". Desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, el Papa dijo que la "Palabra de Dios se hace carne en aquellos que la acogen en la oración. En sus saludos aconsejó escoger cada mañana una frase de la Biblia como compañero de la jornada. Esto dijo, "nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y vivirla".

"A través de la oración, la Palabra de Dios viene a vivir en nosotros y nosotros vivimos en ella. La Palabra inspira buenos propósitos y sostiene la acción; nos da fuerza y serenidad, y también cuando nos pone en crisis nos da paz, en los días "torcidos" y confusos, asegura al corazón un núcleo de confianza y de amor que lo protege de los ataques del maligno. Así la Palabra de Dios se hace carne en aquellos que la acogen en la oración". Con estas palabras el Papa Francisco dedicó la catequesis de este miércoles con el tema la Oración con las Sagradas Escrituras.

El Pontífice recordó que las palabras de la Sagrada Escritura no fueron escritas para quedar aprisionadas en el papel, sino para ser acogidas y germinar en nuestros corazones:

"Del corazón abierto a Dios, de nuestra oración, depende la posibilidad de que un texto bíblico se convierta para nosotros en Palabra viva de Dios. Y la Palabra de Dios, impregnada del Espíritu Santo, cuando se acoge con el corazón abierto, no deja las cosas como estaban antes. Inspira las buenas intenciones y apoya la acción, dándonos fuerza y serenidad; e, incluso cuando nos pone en crisis, nos da paz"

¿Pero cómo hacerlo?

El Papa nos pregunta cómo hacerlo: "el método de la lectio divina es conocido. En primer lugar, se lee el texto bíblico con atención -yo diría que con "obediencia al texto"- para entender lo que significa en sí mismo. Luego lo meditamos entrando en diálogo con él: permaneciendo adherido al texto, comienzo a preguntarme qué me dice. Este es un pasaje delicado: es necesario no dejarse llevar por interpretaciones subjetivas, sino insertarse en el redil vivo de la Tradición que nos une a cada uno de nosotros con la Sagrada Escritura".

La contemplación

Y el último paso dijo el Papa es la contemplación: "aquí las palabras y los pensamientos dan paso al amor, como entre los amantes que a veces sólo tienen que mirarse en silencio. Naturalmente, el texto bíblico continúa ahí, pero como un espejo, un icono a contemplar". De este modo, afirmó, la Palabra de Dios se hace carne en las personas que la acogen en la oración. Se produce una nueva encarnación. "Y nosotros somos los "tabernáculos", donde las palabras de Dios quieren ser guardadas para visitar el mundo".

"Cada día Dios pasa y siembra una semilla. No sabemos si hoy encontrará tierra seca, zarzas o buena tierra para crecer. Depende de nosotros. El creyente no busca en las Sagradas Escrituras apoyo para su propia visión filosófica o moral. Sabe que fueron escritas en el Espíritu Santo, y que es en este Espíritu donde deben ser recibidas y comprendidas".

La obediencia y creatividad de la vida cristiana

Además, Francisco recordó que la Biblia no está escrita para una humanidad genérica, sino para nosotros, hombres y mujeres de carne y hueso. Y agregó diciendo que la tradición cristiana es rica en experiencias y reflexiones sobre la oración con la Sagrada Escritura.

"Las Sagradas Escrituras son un tesoro inagotable". La vida cristiana es obra, al mismo tiempo, de obediencia y de creatividad, señaló, "un buen cristiano debe ser obediente, porque escucha la Palabra de Dios; creativo, porque tiene al Espíritu Santo dentro de él instándole a hacerlo, a llevarlo a cabo".

(Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)

En sus saludos durante la audiencia general, el Papa recordó las figuras de Santo Tomás de Aquino, patrón de las escuelas católicas, y de Santa Ángela Merici, una vida dedicada a la "educación en el signo de la Palabra de Dios".

Dos santos y el hilo rojo de la fe que se convierte en sustancia y materia de estudio y enseñanza. El Papa los evocó durante su saludo a los grupos lingüísticos tras la catequesis de la audiencia general. A los fieles de lengua polaca, Francisco les recordó que hoy la Iglesia celebra la memoria litúrgica de Santa Ángela Merici, fundadora de la Compañía de Santa Úrsula. Retomando el tema de la catequesis que acababa de impartir -la importancia de acercarse a la Biblia dejándose sorprender y acompañando la lectura con la oración-, Francisco subrayó cómo Santa Ángela, "inspirada por la Palabra de Dios", "deseaba que las religiosas, dedicadas sin reservas a Dios y a los pobres, asumieran con valentía el trabajo educativo entre los niños y los jóvenes", y les recomendaba que se mantuvieran en "el antiguo camino" y vivieran una "vida nueva".

La Palabra es cercanía de Dios

La atención del Pontífice a la relación entre el creyente y la Escritura le ha llevado, como es sabido, a proclamar cada año una jornada dedicada a ella, en el tercer domingo del tiempo ordinario. Y en el segundo "Domingo de la Palabra" que acaba de celebrar la Iglesia hace tres días, el Papa recordó cómo la Escritura nos permite tocar con nuestras manos la cercanía de Dios, una cercanía "que no puede alejar al prójimo, no puede alejarlo en la indiferencia".

Santa Angela Merici y la educación

A partir de la espiritualidad de Santa Ángela Merici, reiteró el Papa, han florecido numerosas congregaciones de Ursulinas, en las que la educación y la instrucción de las jóvenes ha sido esencial desde la fundación. De hecho, el Papa, que lanzó el Pacto Educativo Global, ha sostenido a menudo que la educación es la vía fundamental para construir un mundo más fraterno y más justo y el camino principal para todo cambio.

Santo Tomás, sabiduría que infunde valor

De una maestra de formación, al "maestro" por excelencia, el "Doctor Angelicus", Santo Tomás de Aquino, cuya fiesta liturgica es mañana y a quien Francisco recordó con su título de patrono de las escuelas católicas. Fue el Papa León XIII quien otorgó este título al dominico, teólogo y doctor de la Iglesia en 1880 con el breve Cum hoc sit, que reconocía su sabiduría, "la perfecta coincidencia entre razón y fe", la virtud y la santidad. Que el ejemplo de Tomás de Aquino, dijo el Papa en su saludo a los peregrinos de lengua italiana, "anime a todos, especialmente a los estudiantes, a ver en Jesús el único maestro de vida; mientras que su doctrina los anime a encomendarse a la sabiduría del corazón para cumplir su misión".

(Michele Raviart – Ciudad del Vaticano, vaticannews.va)