Los monjes benedictinos regresan a una abadía de la que fueron expulsados durante la Revolución Francesa
Los sectores anticlericalistas expulsaron en 1790 a esta comunidad de la Abadía de Solignac, que durante dos siglos fue usado como prisión, internado o refugio
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Los monjes benedictinos regresan a la Abadía de Solignac más de dos siglos después de haber sido expulsados por los anticlericalistas, concretamente desde el final de la Revolución Francesa. Se trata de una edificación establecida por San Eligio en el siglo VII, ubicada en el Alto Vienne.
Una noticia que ha sido muy bien acogida por la comunidad católica de la zona, máxime en un momento donde un número importante de edificios religiosos están desapareciendo tras ser demolidos y abandonados.
Tras la expulsión de la comunidad benedictina de la abadía en 1790, el espacio tuvo varios usos, tales como una prisión, un internado para niñas y una fábrica de porcelana. Esto último hasta 1930. Ya durante la Segunda Guerra Mundial, se empleó como refugio para maestros católicos y luego, a partir de 1945, acogió a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.
La comunidad religiosa permaneció allí hasta la década de 1990, y finalmente, transfirió la propiedad a la Diócesis de Limoges en 2011. La abadía estuvo desocupada durante los últimos 17 años.
El obispo de esta zona de Alto Vienne, Mons. Pierre-Antoine Bozo, mostraba su alegría y agradecimiento por la noticia: “Hemos estado buscando diferentes soluciones para este lugar durante muchos años y, finalmente, el proyecto que tuvo éxito es el que se ajusta más al propósito original de esta abadía construida por San Eligio; es decir, dar la bienvenida a las comunidades monásticas, especialmente, a los monjes benedictinos”.
Los planes de la Iglesia para la Abadía de Solignac a corto-medio plazo
Ahora, el objetivo de la comunidad benedictina es convertir esta abadía en un centro espiritual dedicado a la oración y los retiros, construido alrededor del claustro y con una mayor capacidad para acoger a un mayor número de personas que en la Abadía de San José de Clairval.
También se ofertará como retiro para los jóvenes que se preparan para el Sacramento de la Confirmación, así como otros eventos. Un plan estratégico para la Abadía de Solignac que requerirán de varios años de trabajo.
Está previsto que el próximo 28 de noviembre el Padre Bozo celebre una Misa de inauguración, coincidiendo con el primer domingo de Adviento. La Diócesis de Limoges anunció que, a partir de esta fecha, los monjes celebrarán diariamente la Eucaristía en la iglesia de la abadía, siguiendo la forma ordinaria del Rito Romano, con canto gregoriano en latín y siempre abiertas al público.
Los monjes benedictinos también participarán en la vida económica local y apoyarán al sistema educativo católico. La Abadía de Solignac planea abrir una tienda para vender sus productos, y a la vez, recibir en sus jardines a estudiantes inscritos en el programa educativo público que ofrece un título técnico de dos años en agricultura, para así contribuir a su formación académica.