Médicos Sin Fronteras denuncia que, al menos, 426 personas han muerto al intentar alcanzar Europa este año
La organización internacional sanitaria y la ONG francesa SOS Mediterranée condenan la inacción de los gobiernos europeos
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A través de un comunicado, Médicos Sin Fronteras explica que ha reanudado sus operaciones de búsqueda y rescate para salvar vidas en el Mediterráneo central, a la vez que condena la inacción de los gobiernos europeos para hacer frente a esta crisis humanitaria.
El nuevo barco que utilizan para la causa, el Ocean Viking, está operado conjuntamente con la ONG francesa SOS Mediterranée. Trabajando en equipo se encargan de vigilar esta ruta marítima que está considerada actualmente como la más mortal de todo el mundo.
En lo que va de año, al menos 426 hombres, mujeres y niños han muerto al intentar alcanzar Europa, 82 de ellos en un solo naufragio ocurrido hace tan sólo dos semanas.
Además, los buques comerciales se encuentran en una posición insostenible, atrapados entre el deber de rescatar y el riesgo de quedar varados en el mar durante semanas debido al cierre de los puertos de varios países y la incapacidad de los Estados de la UE para acordar un mecanismo de desembarque.
Por otra parte, los combates que asuelan Trípoli, la capital de Libia, desde hace más de tres meses han provocado el desplazamiento de más de 100.000 personas y han dejado atrapados y sin capacidad para huir a refugiados y migrantes en los centros de detención. Los enfrentamientos se han cobrado ya la vida de 60 de estas personas.
Asimismo, las evacuaciones humanitarias fuera de Libia siguen siendo únicamente puntuales e inadecuadas, dejando la ruta mortal por el Mediterráneo como una de las únicas vías de escape posible. Mientras tanto, MSF denuncia que los gobiernos europeos están violando sus obligaciones legales y los principios humanitarios que firmaron anteriormente, al apoyar a la Guardia Costera Libia para que devuelva a estas personas vulnerables a Libia, en algunos casos a centros de detención donde quedan expuestos a disparos y ataques aéreos, como lo atestigua el ejemplo más reciente del centro de detención de Tayura.
Ante semejante panorama, MSF recuerda que el mundo ha cumplido otro triste récord: 70 millones de personas desplazadas y refugiadas en toda la tierra. Es la cifra más alta desde la segunda Guerra Mundial.
Son millones de personas obligadas a dejar sus países, expulsadas de sus hogares por la violencia y la guerra. Algunas son desplazados internos dentro de su propio país, y otras han cruzado las fronteras para convertirse en refugiados. Se trata de hombres, mujeres y niños sometidos a constantes abusos y que no tienen cubiertas sus necesidades más básicas, en especial de atención médica, cobijo, alimentación, agua y saneamiento.
Ya sea en el Mediterráneo, en México, en Etiopía, en Sudán del Sur, en Nigeria, Bangladesh… en todo el mundo, existen grandes movimientos de población motivados por las necesidades extremas y la miseria, a lo largo de rutas migratorias a menudo peligrosas y marcadas por la explotación y la violencia. En este sentido, la organización señala que por su extrema vulnerabilidad, los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo son la prioridad: "Estamos comprometidos con ellos".
En este contexto, David Noguera, presidente de MSF en España, asegura que la inacción de los gobiernos europeos y su nociva política migratoria no han hecho otra cosa que aumentar las posibilidades de morir en el mar. "En lo que va de año, al menos 426 hombres, mujeres y niños han muerto al intentar alcanzar Europa en la que ya es la ruta migratoria más mortal del mundo. 426 muertes y un sufrimiento inhumano que podían haberse evitado", concluye.