Una joven musulmana, condenada a muerte por blasfemia en Pakistán: es la segunda pena capital en diez días
La musulmana Aneeqa Ateeq fue acusada por compartir y difundir en mayo de 2020 imágenes sagradas del Islam. El cristiano protestante Zafar Bhatt también fue condenado a muerte
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Aneeqa Ateeq, de 26 años, ha sido condenada a muerte por blasfemia en Pakistán por un tribunal especializado en delitos informáticos de Rawalpindi. Su 'delito' fue compartir y difundir imágenes sagradas del Islam usando aplicaciones y redes sociales. Además de la pena capital, a la joven se le impusieron 24 años de cárcel y una multa de unos 1.100 euros.
La mujer fue arrestada en mayo de 2020 y acusada de publicar "material blasfemo", al compartir representaciones de figuras religiosas islámicas en su WhatsApp. Un amigo de Aneeqa, Hasnat Farooq, le había sugerido que borrara rápidamente las fotos, pero en vez de cumplir con su pedido, supuestamente Aniqa le habría reenviado las mismas imágenes usando la aplicación. Entonces, el 'amigo' presentó una denuncia ante la policía postal de Pakistán.
Algunas fuentes no confirmadas hablan de que el joven, al sentirse rechazado, se habría vengado usando este pretexto. Tras la denuncia del supuesto amigo de la joven, la 'Fia Cyber Crime' abrió un expediente contra ella ante el tribunal de Rawalpindi por cargos de blasfemia y violaciones a la ley sobre ciberdelitos.
El abogado de Aniqa dijo que su cliente habría publicado retratos hechos a mano de figuras religiosas y luego los habría posteado en su estado de WhatsApp. Supuestamente los jueces recibieron 36 páginas que contenían material "incriminatorio" descubierto entre los artículos personales de la mujer, como computadoras, memorias USB, tarjetas telefónicas, teléfonos inteligentes y tarjetas de memoria.
La acusada envió luego material religioso sensible al amigo-acusador Hasnat Farooq, quien se había presentado como un hombre religioso y a quien no le habrían gustado las "provocaciones" de la joven. Por eso comenzó a reunir material probatorio, con el que se presentó ante los policías para hacer la denuncia.
Los jueces argumentaban que Aneeqa no aportó ninguna prueba en su defensa durante el juicio, por lo que fue condenada a morir en la horca, además de una pena de prisión y una multa.
Activistas y voces críticas recuerdan que las leyes contra la blasfemia a menudo se utilizan para resolver disputas personales o para atacar a rivales, minorías (incluyendo cristianos) o incluso entre musulmanes, a sabiendas de que el juicio suele acabar en condena.
Desde que comenzó el año, es la segunda vez que los jueces imponen la pena de muerte en dos hechos diferentes, siempre con la acusación de blasfemia. En efecto, hace pocos días conmutaron la cadena perpetua por condena a muerte a un cristiano que era el preso más antiguo por este cargo.
Es el segundo caso en pocos días de pena capital por violar esta ley en el estado paquistaní de Rawalpindi. El pasado 11 de enero, el pastor protestante Zafar Bhatti, de 58 años, fue condenado a muerte también por blasfemia. En prisión desde el año 2012, el varón integrante de la minoritaria comunidad cristiana del país de Oriente Medio fue acusado de enviar mensajes de texto blasfemos.