Argüello destaca que "transmitir la fe a las nuevas generaciones” es el reto común en las diócesis
El arzobispo de Valladolid ha hecho balance en COPE de la reunión de las diócesis que integran la Iglesia de Castilla, donde han abordado cuestiones como la despoblación
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El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, reconoce que las diócesis que integran la Iglesia de Castilla (conocida también como la 'Región del Duero') tienen como dificultad añadida en la evangelización la despoblación en buena parte del territorio.
Así lo ha asegurado el también presidente de la Conferencia Episcopal Española en declaraciones a COPE tras la reunión que han mantenido los obispos y vicarios de las nueve diócesis de la Iglesia de Castilla (Valladolid, Salamanca, Zamora, Ávila, Segovia, Palencia, Burgos, Osma-Soria y Ciudad Rodrigo), en el que han abordado diferentes asuntos de interés para la Iglesia de la zona.
Argüello ha recalcado que buena parte de las parroquias de las nueve diócesis de la 'Región del Duero' están ancladas “en núcleos de población muy pequeños y despoblados y, a la hora de la transformación de las estructuras evangelizadoras tienen un eco especial que seguramente otras diócesis más urbanizadas viven de otra manera”.
En cualquier caso, el arzobispo de Valladolid ha destacado que con independencia del territorio, la Iglesia española y universal tienen como desafío “transmitir la fe a las nuevas generaciones” en una cultura como la de hoy, que tanto en ciudades o pueblos pequeños y grandes está marcado por la secularización.
“En la cultura de este tiempo tenemos que tratar de descubrir los puntos de contacto que puedan tener con el Evangelio, y los desafíos en los que la evangelización pueda ayudar a purificar la cultura actual y sirva al hombre y a la mujer de hoy y concocer a Jesucristo”, ha explicado en COPE.
Otros asuntos tratados por la Iglesia de Castilla
En el primer trimestre pastoral, de octubre a diciembre, pretenden "acoger las conclusiones del encuentro de febrero pasado en Ávila y avanzar en un camino de interpretar, es decir, ahondar todavía más si cabe, en las llamadas que estamos percibiendo del Espíritu del Señor para ver cómo damos pasos que de alguna forma las Iglesias ya estamos en ello para concretar que sea esto de la conversión pastoral, los estilos pastorales, de la conversión de las estructuras evangelizadoras acogiendo también lo que la Iglesia Universal en el Sínodo nos pide: hacer esto juntos".
Entre otras acciones, se propone en esta primera fase que el trabajo que hacen habitualmente los presbíteros, los arciprestes y los equipos sacerdotales de cada uno de los arciprestazgos, sea realizado también por laicos y consagrados aprovechando la realidad de los consejos pastorales, o de los grupos que han estado trabajando en el Sínodo. "Yo creo que lo más importante que deberíamos hacer es ayudar a caer en la cuenta de hasta qué punto hay una convergencia entre las situaciones diocesanas, este proceso de la Iglesia en Castilla y el proceso sinodal de la Iglesia Universal: vivir una comunión misionera".