El cardenal Cobo pide en COPE "caminar juntos sin grandes discursos" y "escuchándonos unos a otros"

El arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, ha asegurado en 'El Espejo de Madrid' de COPE que la carta pastoral 'La Pascua de los dicípulos' tiene como objetivo “hacernos caer en la cuenta del tiempo en el que estamos, y darnos cuenta del momento de la Iglesia y la sociedad”, en la que a su juicio descubrimos “que Cristo resucitado tiene algo que decirnos y a lo mejor hay cosas nueva repecto al año pasado”, ha detallado.

El cardenal ha recalcado que el bautismo nos pone en vocación, y apunta que es “un gran pozo” donde se encuentran todos, desde obispos a los laicos, por lo que todos ellos han de “compartir la corresponsabilidad de la misión y de la fe”, además de “ayudar a que otros lo descubran”.

En este sentido, el titular de la archidiócesis madrileña ha señalado en 'El Espejo' que en los próximos cursos se abordarán diferentes aspectos, entre los que destaca el protagonismo de los laicos: “La vocación se enraiza en el bautismo común y la misión común”, ha recordado.

Y es que como precisa en la carta pastoral, los laicos están llamados a vivir la fe en realidades temporales, trabajo, sociedad o familia como elemento esencial de la evangelización, si bien el cardenal Cobo precisa que es importante explicar por qué lo hacemos: “Es ver de dónde viene esa llamada en la que todos coincidimos, consagrados, presbíteros y laicos, y luego desgranamos la misión concreta de cada uno”.

Asimismo, el arzobispo de Madrid considera que esta labor ha de ejercerse con audacia y creatividad, siempre tratando de crecer en comunión: “El estar tocados por Dios es para no estar solos y no vivirlos nosotros mismos, sino para compartirlo y ser corresponsables. Es la forma de ejercer los servicios y los liderazgos, hacerlo con otros y para otros”, ha manifestado.

De esta manera, apunta el cardenal Cobo, se da pasos en la sinodalidad, que como afirma el titular de la archidiócesis madrileña en su carta pascual “no es una moda teológica, sino un modo de ser Iglesia que tiene que ver con rasgos identitarios básicos como comunión, participación y misión”.

“La sinodalidad no se hace con grandes discursos, sino también en la práctica. Tenemos estructura sinodal en la Iglesia pero tenemos que creérnosla, escucharnos unos a otros, dar pie y revitalizar los órganos de corresponsabilidad que tenemos. Hacerlos creibles. Si vamos con agua del bautismo todos podemos regar y revitalizar estos órganos. Nececitamos ponerlos en valor”, ha puntualizado.