La CEE lamenta las trabas que la ‘Ley Celaá’ impone a la concertada y reclama un pacto educativo global
Durante su discurso inaugural de la Plenaria, Omella ha reivindicado el papel de la Iglesia en la Educación y defiende la libertad de las familias en la elección de centros
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La reforma educativa que está tramitando el Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, la conocida como ‘Ley Celaá’ ha ocupado parte del discurso del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, durante el acto inaugural de la Asamblea Plenaria que se celebra hasta este viernes en la sede del organismo episcopal.
El Arzobispo de Barcelona ha reclamado, una vez más, un pacto educativo que abarque los campos de la vida social, cultural y educativa. Un campo, recuerda el cardenal, donde la Iglesia juega un papel relevante, ya que atiende a casi dos millones de familias, muchas de ellas sin poder adquisitivo y de las capas populares de la sociedad.
“A este servicio de educación reglada se une la acción social de una multitud de entidades de educación en el ocio y en el tiempo libre de inspiración cristiana que, fuera del horario escolar, trabajan para fomentar la equidad, la formación a menores vulnerables y el desarrollo humano e integral de cada persona. En el episodio de grave crisis social que atravesamos, sabemos que debemos intensificar nuestro compromiso educativo, especialmente allí donde más se sufre”, reflexiona el presidente de la CEE.
Por otro lado, el prelado ha lamentado “todos los obstáculos y trabas que se quieren imponer a la acción de las instituciones católicas concertadas”, y recuerda que no es momento de poner trabas, sino de “trabajar conjuntamente, de cooperar de forma eficaz y eficiente para ofrecer una educación adecuada a todos los niños, adolescentes y jóvenes de nuestro país, respetando en todo momento el derecho constitucional de los padres y madres a escoger libremente el centro y el modelo educativo para sus hijos”.
En este punto, el Arzobispo de Barcelona ha hecho suya la llamada del Papa Francisco el pasado 15 de octubre, cuando llamaba a todas las naciones e instituciones a participar en un Pacto Educativo Global que permita generar un cambio a nivel planetario que promueva una educación que sea creadora de fraternidad, paz y justicia.
El cardenal Omella ha demandado por tanto alcanzar un acuerdo entre todos “para fomentar un nuevo humanismo que contribuya a la formación de personas abiertas, responsables, dispuestas a encontrar tiempo para la escucha, el diálogo, la reflexión, y capaces de construir un tejido de relaciones familiares, entre generaciones y con las diversas expresiones de la sociedad civil”.
El presidente del organismo episcopal se ha referido de manera indirecta a las voces críticas contra la LOMLOE, afirmando que “el clamor de la inmensa mayoría de la sociedad por un Pacto educativo en España, que sea a largo plazo y que incorpore a todas las fuerzas políticas y también a las entidades civiles y religiosas activas en el campo de la educación, no ha cesado de crecer".
Por ello, el Arzobispo de Barcelona considera conveniente un pacto educativo que se concrete en “una ley sólida que no sea objeto de debate con cada cambio de color político en el Gobierno”.