"Ejerced siempre la autoridad acompañando a los excluidos": la CONFER plantea sus desafíos de futuro
La CONFER inicia su Asamblea General bajo el lema '¿Quién manda aquí?'. El Nuncio Apostólico en España les ha pedido crear comunidades fraternas desde "la obediencia y la caridad"
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Autoridad corresponsable y la obedencia, son los dos aspectos sobre los que girará la XXX Asamblea General de la Confederación de Religiosos (CONFER), que tiene como lema '¿Quién manda aquí?'
Días de encuentro y diálogo en el que se pondrá sobre la mesa la obedecencia como instrumento “que brota de una autoridad corresponsable nos lleva a servir más y mejor a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, han comentado en su mensaje de apertura el presidente de la CONFER, Jesús Díaz Sariego y la vicepresidenta, Lourdes Perramon.
Los máximos responsables de la CONFER aseguran que la autoridad y obediencia constituyen en el mundo actual un verdadero desafío, en un contexto “de crisis de lo institucional y un momento de profunda transformación de la vida religiosa”.
En este sentido, el presidente y la vicepresidenta de la CONFER alertan que el abuso de autoridad en el seno religioso puede llevar a “desvirtuar su razón de ser” y “romper la vida fraterna”, lo que a su vez pondría en riesgo la capacidad de escucha unos a otros.
“Sabemos que obedecer conlleva, en su misma raíz, el gesto y la acción de escuchar. El Papa Francisco de forma constante nos lo recuerda en sus alocuciones públicas. La escucha comprometida es, quizás, un signo teologal necesario para el tiempo en el que estamos”, han recordado en su mensaje Díaz Sariego y Lourdes Perramon.
En el mensaje, ambos responsables ponen el acento en la escucha como elemento que “nos abre a Dios, a la realidad que nos circunda y a los demás”, más allá de los “ruidos ambientales que confunden” y poniendo en el primer plano “la diversidad de opiniones y perspectivas”.
Asimismo, han vinculado la escucha con el compromiso del voto de obediencia religiosa, apuntando que se trata de “un compromiso inherente a la escucha, que nos capacita para relativizar lo propio en favor del bien común”.
De esta manera, Díaz Sariego y Lourdes Perramon recogen en su mensaje de apertura de la Asamblea General la necesidad de obediencia en cada una de las congregaciones como un compromiso institucional que, “desde la escucha a la realidad, nos mantiene en permanente salida”, aseveran.
Este proceso y camino de escucha, apuntan, ha de ser transitado de forma sinodal, caminando juntos para afrontar los desafíos de la vida religiosa: “Si entre nosotros logramos hacer un buen trabajo sinodal, estaremos reforzando y apoyando de forma activa el proceso sinodal que ha iniciado la Iglesia. Hemos de reflexionar y discernir juntos y juntas sobre el presente y el futuro de la vida religiosa en España. Este esfuerzo en aunar nuestras voces en una voz común es un signo de Dios en nuestro tiempo”, han expuesto.
Asimismo, ponen el foco en la importancia de la oración en común “para que nuestra vida y misión exprese mejor la voluntad de Dios en lo que juntos hemos alcanzado. La escucha que interpela, el diálogo entre nosotros que discierne, el compromiso que adquirimos se quedaría en nada si no lo llevamos a nuestra oración personal y comunitaria”.
Bernardito Auza: "Sabed ejercer siempre la autoridad acompañando especialmente a las periferias existenciales”
Por su parte el Nuncio Apostólico en España, Bernardito Auza, ha señalado que la corresponsabilidad y obediencia siempre está en el origen: “Profundizar qué significa el servicio de la autoridad en la vida consagrada, contribuye a ver que el cometido de la autoridad en la vida consagrada hace referencia a la persona del llamado, a la construcción de la vida comunitaria y, en particular, al desarrollo de la misión común que perpetúa el carisma específico”
En este sentiso, hace alusión a las palabras del Papa Francisco cuando recordaba a los Superiores Mayores que “la relación autoridad-obediencia se ubica en el amplio contexto del misterio de la Iglesia de manera que constituye en ella una actuación especial de su función mediadora”, ha subrayado Auza.
Asimismo, ha sostenido que la vida consagrada “se comprende caminando, consagrándose cada día, se comprende en diálogo con la realidad. Cuando la vida consagrada pierde la dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión con lo que sucede empieza a hacerse estéril”, ha remarcado.
Por ello advierte sobre los peligros de tropezar con la ausencia de esta realidad, que daría lugar a “una desconexión que siempre es ocasión de desviar al superior y a los miembros de una comunidad de la clave del sentido del servicio, perdiendo así un desempeño eficaz de sus carismas, todos ellos al servicio del pueblo de Dios”.
Respecto a la pregunta que gira sobre la XXX Asamblea General de la CONFER, '¿Quién manda aquí?', el Nuncio Apostólico en España responde que “la convicción clara de que cada familia religiosa, cada comunidad de vida consagrada no solo comparte el pan, sino el ideal común que es Jesucristo. Sabed ejercer siempre la autoridad acompañando, comprendiendo, ayudando, amando, abrazando a todos y a todas, especialmente a las personas que se sienten solas, excluidas, áridas, las periferias existenciales del corazón humano”, ha reclamado.