La historia del árbol más antiguo de Francia: esconde dos capillas

Este roble está documentado como el árbol más antiguo de Francia y alberga una capilla en su copa y otra en el interior de su tronco.

La historia del árbol más antiguo de Francia: esconde dos capillas

Natxo de Gamón

Publicado el - Actualizado

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En la pequeña localidad de Allouville-Bellefosse, en el norte de Francia, está una de las capillas más espectaculares que existen. No cuenta con un estilo arquitectónico particular, ni alberga en su interior obras de arte u ornamentos dignos de mención. Si la Chêne Chapelle (“la capilla del roble”) es especial es por su situación: se encuentra en la copa de un árbol.

Y no de un árbol cualquiera. Está en un roble francés que está documentado como el árbol más antiguo de Francia, ya que los científicos creen que podría tener entre 800 y 1 200 años -los estudios más optimistas indican que podría haber nacido a comienzos del siglo IX. De hecho, la leyenda cuenta que el árbol comenzó a crecer en tiempos de Carlomagno, y que Guillermo el Conquistador rezó junto a su cepa.

El caso es que, a mediados del siglo XVII, durante una tormenta, el árbol fue alcanzado por un rayo, que provocó un incendio en su interior. El fuego, visto desde fuera, era como una pequeña luz que emanaba del tronco. El clero local interpretó aquello como una señal divina, y el árbol pronto se convirtió en lugar de peregrinaciones.

La curiosa historia del árbol francés que tiene dos capillas

Otra instantánea del Chêne Chapelle.

Por todo ello, el párroco decidió en 1669 construir una capilla encaramada en la copa del árbol, con una escalera de caracol alrededor del tronco para acceder a ella, y otra en el interior del tronco. Una recibió el nombre de Notre-Dame-de-la-Paix (“Nuestra Señora de la Paz”) y la Chambre de l’Ermite (“Cámara del ermitaño”).

Cuando llegó la Revolución Francesa, una turba de radicales exaltados propusieron prenderle fuego al roble, por considerarlo un emblema del Antiguo Régimen y de la tiranía de la Iglesia. Pero un lugareño, del que no se conoce el nombre, logró calmar a la muchedumbre encolerizada y salvar el árbol, explicándoles que el árbol ya no era una capilla católica, sino que se había convertido en el Templo de la Razón.

Así fue como el árbol ha llegado hasta nuestros días, aunque ahora necesita una estructura que soporte algunas de sus pesadas ramas. Además, una parte del tronco ha perdido su corteza y ha sido sustituida por unas curiosas tejas construidas con madera.

Las capillas no tienen culto habitualmente, entre otras cosas porque el árbol crece a los pies de la iglesia parroquial de Allouville-Bellefosse. Pero con motivo de la festividad de la Asunción de la Virgen, el día 15 de agosto, es tradicional que se celebre una peregrinación al roble y una misa en alguna de sus capillas. La de Notre-Dame-de-la-Paix, además, fue clasificada como un Monumento Histórico de Francia en 1932 por el Ministerio de Cultura galo.

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